1. Amalia & Cia


    Fecha: 12/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... masturbándome
    
    En el ascensor hemos coincidido con una joven vecina con el carrito y el niño dentro. Nada de jueguecitos sexuales —bueno, he mantenido mi mano derecha posada sobre su culo, moviendo levemente los dedos para apenas acariciar las nalgas— salvo las miradas de complicidad compartida ante el parloteo insulso de la joven madre, quien se ha bajado un piso antes que nosotros. La casa de Mali es un ático maravilloso, muy grande, con terrazas increíbles, ajardinadas, entrando dentro de la casa, con unas vistas fabulosas sobre casi todo Madrid y los picos serranos a lo lejos, parece que se puedan tocar con las manos. Pero no es el momento de admirar el piso, sino a la mujer que ya está completamente desnuda, sonriente, respirando con fuerza, ayudándome a desvestirme, acariciando mis brazos, dándome un par de leves besos en los labios, agarrándome delpaquete y conduciéndome hacia una habitación alejada de la sala principal.
    
    —Te va a gustar nuestro cuarto de ser malos
    
    Es una sala medianamente grande en donde reina una gran pantalla plana de televisión en una de las paredes y apenas algunos muebles: una maciza mesa cuadrada de madera, una silla negra de muy alto respaldo, una especie de reclinatorio, también de recia madera negra, un caballete metálico, pesado, una gran mesa baja toda ella de resistente madera, dos anchos sofás de dos plazas y, en una de las paredes, un aspa de madera. Las paredes y el techo están pintadas de color negro y la ventana está ...
    ... cerrada, la persiana bajada y tapada por una gruesa cortina de terciopelo negro. En las paredes libres hay grandes espejos de cuerpo entero.
    
    —¿Es lo que me parece?
    
    —Alan es muy juguetón además de decididamente bisexual. Somos una pareja totalmente liberal en lo que al sexo respecta y a mí no me importa que traiga a casa a quien quiera follarse, sea hombre o mujer. De vez en cuando, si me apetece, participo en un trío, y cuando él y yo lo hacemos solos, le gusta jugar, que le castigue un poco, que le penetre analmente. Bueno, a mí me excita el asunto. Ven
    
    Vamos al sofá, nos sentamos y comienzo a mamarle los tiesos duros pezones mientras acaricio sus nalgas. Ella no deja ni un momento de acariciarme la polla y los testículos, pero apenas pasado un minuto se levanta, da la vuelta, se pone de rodillas en el asiento e inclina el cuerpo, humillando el torso para dejar ante mí vista su culo majestuoso y el brillante empapado coño.
    
    —Tú eliges
    
    Primero el chocho, está claro. Me acerco, poso mis manos sobre lo más alto del culo para sujetarme, y tras un par de intentos que le hacen gemir de excitación cuando toco la entrada de la vagina, meto la polla de un empujón fuerte, constante. Hasta el fondo.
    
    —Qué bueno, qué falta me hace
    
    Probablemente es la postura que más me gusta, una hembra puesta deperra humillando la cabeza, acompasando su movimiento almetisaca rápido, constante, que le estoy dando. Satisfacción, incluso embeleso, provocan en mí los ruidos producidos por el ...
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