Por amor a la familia (día cinco - parte cuatro): El castigo
Fecha: 16/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos
... los tacones en el pasillo era hermoso, es increíble como el grosor del tacón hace diferente el sonido de otro tipo de tacón, cada paso con esos zapatos hacia que el objeto en mi interior se moviera y tocara otras partes de las paredes internas, baje con mucho cuidado las escaleras y otras sensaciones me pasaban, me dirigí al patio, puse la ropa en la lavadora y entre a la casa, al pasar la puerta del patio hacia la cocina me sorprendí de ver a mi tío de pie esperándome, incluso me asusto. Me dijo: “voy a salir un momento, cuando regrese espero que ya tengas todo como debe ser” se acercó hacia mí, me tomo de la cintura y me beso, con estos zapatos quedaba más alta, sus manos fueron hacia mi trasero y con sus dedos sobre mi hendidura, checaba que el objeto extraño siguiera ahí, al confirmarlo, lo empujo con fuerza, como queriéndolo meter aún más, era tanta su fuerza que me levantaba del suelo sin soltar mis labios. Me levanto y me sentó sobre la barra de la cocina sin dejar de besarnos, al caer sentada ahí sentí el objeto nuevamente haciendo de las suyas y mis órganos presionándose por mi propio cuerpo, lo rodee con mis piernas y con mis brazos, sentí chocar los zapatos finos de tacón entre ellos por mi falta de práctica, mi pene enfurecido pedía salir, pero su restricción lo limitaba solo a llorar.
Él tomo mis piernas y las separo al tiempo que escapaba de mis brazos, se dio media vuelta y se fue, yo quede nuevamente como tonta, sentada en la fría barra mientras él se ...
... alejaba. Cerró la puerta, yo descendí con cuidado de mi asiento provisional y subí la escalera. Me puse a recoger la recamara, acomode cada prenda en su lugar, cada cajón quedo acomodado, esperando que mis primas no se dieran cuenta, baje por la ropa limpia, la cual ya se había secado (la lavadora era muy moderna), la casa vacía hacia que el ruido de los tacones se escuchara fuertemente. Pero no podía acostumbrarme a ese objeto extraño, cada paso, cada movimiento, agacharme, sentarme, todo me recordaba que estaba ahí, pensé que mi cuerpo se acostumbraría en los siguientes minutos, pero nunca fue así. Volví a subir a la habitación a seguir con mi labor impuesta.
El tiempo transcurrió, no me di cuenta de cuanto había tardado en esto, ni siquiera me había dado cuenta de que no había comido, ahora empezaba mi estómago a recordármelo. El objeto extraño me había mantenido en una excitación constante, pero estable, en un nivel medio que hacía que no olvidara que estaba dentro de mí, pero que tampoco me provocaba masturbarme. Era rico. Al mismo tiempo que termine escuche que mi tío abría la puerta de la casa, se me hizo raro que no escuchara la puerta de la cochera, pero supuse que simplemente no puse atención.
Lo escuche subir las escalera, entro a la recamara donde yo estaba con un par de bolsas en la mano, volteo a ver a todo alrededor e hizo una expresión de gusto porque había hecho un muy buen trabajo, dejo las bolsas en el suelo y se acercó a mí, me halagaba por mi labor al ...