1. El stripper superdotado


    Fecha: 19/06/2020, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la panza. Mis amigas se reían. Junté fuerzas y se la acaricié un poquito como para que me deje tranquila. Se sentía muy firme y caliente. Al tenerla entre mis manos me pregunté como podía ser posible que semejante cosa entre en la vagina de una mujer. Ya iba a tener mi respuesta.
    
    Paula estaba con un vestido rojo a lunares. Llevaba las piernas completamente al descubierto y unos zapatos de taco. El stripper tomó cartas en el asunto y agarrando el vestido desde la parte de la falda, tironeó hacia arriba como si le sacara la funda a un mueble. En un segundo, Paula quedó en bombacha y corpiño. Tenía una lencería negra de encaje muy sensual. Yo jamás me hubiese animado a ponerme algo así. Tal vez porque tampoco tenía el cuerpo de Paula: flaca de piel blanca pero saludable, senos medianos bien redondos y firmes, ni un rastro de celulitis ni estrías en las piernas, la dosis justa de nalgas para completar armónicamente su figura. Me resultó atractivo visualmente ver el contraste entre la piel morena del stripper y la piel blanca de Paula. Mis amigas a todo esto ya habían pedido dos botellas más de Chandon. Tomaban y se reían. Van a bailar un poco y se termina, pensé. El VIP no debe ser más que un show de unos minutos, pensé doblemente mal.
    
    El stripper se sentó en el sillón y tomando bruscamente de la cintura a Paula, la colocó encima de sus muslos. Pude ver el cuerpo de Paula desde atrás y como el stripper le corría la bombacha con rudeza. Ni siquiera se tomó el trabajo de ...
    ... sacársela. Mucho menos tuvo el recaudo de ponerse un preservativo. Le metió el pene en la vagina sin demasiados preámbulos. Escuché el grito ahogado de Paula. Desde mi ángulo de visión, pude ver como los testículos lentamente se unían con las nalgas de Paula. Se lo había metido hasta el fondo. El stripper la sostenía firmemente de la cintura y la bombeaba con velocidad. Yo estaba sobria pero no podía comprender como semejante pedazo de carne podía haber entrado entero en la vagina de mi amiga. Seguramente haya tenido sexo muchas veces más que yo, pensé. Mientras le daba las violentas sacudidas, el stripper le desabrochó el corpiño y lo revoleó al suelo. Empezó a chuparle los pechos con salvajía. Incluso llegó a mordérselos. Paula de a poco parecía tomar protagonismo. Vi como empezaba a impulsar sus piernas con el sillón para cabalgarlo. Ahora la escena era mucho más impresionante porque se veía como el pene entraba y salía casi en su totalidad: sólo el glande quedaba adentro, el resto era idas y venidas furiosísimas, en donde por momentos sólo se veían los testículos del stripper. Paula echó un gemido entrecortado y bajaron la intensidad del bombeo, hasta quedarse quietos. Se ve que había acabado. Quedó rendida sobre el pecho del stripper. Pero el tipo continuó con su show: se levantó del sillón, dejando a Paula recostada sobre el mismo y empezó a masturbarse cerca de ella.
    
    Otra vez vi algo inédito en mi vida: las gotas gruesas de semen no paraban de salir de ese glande ...