1. Noruega y mi familia tienen su encanto...


    Fecha: 17/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo que hacían me dijeron que si quería participar era libre de probar. Yo ya había tenido escarceos con chicos, y con chicas, y con mis padres… bueno, nunca mi importó verlos desnudos y me ponía muy, pero que muy cachonda. No hacían sexo explícito delante de mí mientras era menor, pero yo me escondía y los veía. Veía las mamadas que hacía mi madre, a mi padre follarla, comerle el coño, ver a mi madre follarse a mi padre con un strapon… vi muchas cosas. Yo me tocaba a escondidas, y pronto vi que los chicos no solían compartir esas perversiones. Se tensan en cuanto te acercas a sus culos. Solo con lamerlo se ponían nerviosos. Y las chicas no siempre están por la labor. Aunque tengo novia y ya hacemos algunas cosas. Pero aún no la he traído a casa en este plan. No sé si está preparada.
    
    Lania me estaba haciendo una confesión en toda regla, tirándose del cabello rubio rojizo, haciendo y deshaciendo un rizo. Su cabello había salido más a Sigurd que a su madre, tiraba al pelirrojo, aunque su padre ya lo tenía canoso.
    
    —Haremos una cosa —dijo mi prima cambiando de tema—, acabaremos el día pero de otra manera. A mí aún me tienen que castigar por haberme corrido tres veces sin permiso. Y parte de la culpa es de esto —rápidamente me cogió la polla, fláccida en ese momento pero que empezó a reaccionar a la atención que le estaba prestando; siempre tan protagonista…—, así que les he pedido que seas tú quien me castigues. Así pruebas un poco del otro lado. Y ya veremos si hay ánimos ...
    ... de que te vuelvas a poner el collar. ¿Te parece?
    
    Medité durante unos segundos. Era difícil de decidir. Era difícil porque Lania no dejaba de acariciarme el miembro.
    
    —¿Castigarte?
    
    —Ya verás —me dijo. Y acto seguido se inclinó para chupármela, de rodillas, con el culo, ese delicioso culo en alto. Al a porra el descanso.
    
    Me la chupó entera, se la introdujo hasta el fondo. Sus labios presionaban, su boca era como una mano y chupó fuerte y constante buscando que me corriera. Placer egoísta. Me incliné hacia atrás. Justo antes de correrme ella lo sintió, y se apartó, masturbándome con la mano. Yo iba a protestar, pero el orgasmo me llegó con fuerza de nuevo y ella apunto con mi polla a mi propio pecho. Todo mi esperma me cubrió en fuertes chorros que casi quemaban. Cuando acabé, con la polla dando saltos, a su rollo, ella se reía, me miraba, se relamía. Tenía los pezones duros. Me tumbó un poco y me empezó a lamer todos y cada uno de los sifonazos de semen. Me reí. Qué otra me quedaba. Joder, vaya familia.
    
    Nos duchamos. Una cosa que no había podido apreciar era que llevaba puesto un plug anal con una pequeña argolla. Se lo toqué y ella se limitó a sonreír y a besarme. Era la primera vez que nos besábamos, que nos besábamos de verdad, que nuestras lenguas se encontraban. Me la había follado por todos sus orificios, la había sodomizado y ella me había lamido casi todo el cuerpo pero aún no nos habíamos besado. Y fue instantáneo. Las lenguas exploraron con profundidad, ...