Normi, la vecina - El despertar sexual de una joven con un maduro, su maestro
Fecha: 17/07/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... llorando, para no molestarla me acerqué sin hacer ruido, la puerta entreabierta permitía ver que estaba en cuatro patas, estilo “perrita” y tú, digo… el maestro, montado desde atrás, tenías la verga bien metida en su cuquita y te movías con mucho ritmo, empujando con fuerza, tomado de sus caderas. En cada empellón sacudía y gemía, hasta sentí alguna nalgada que mamá agradecía con gemidos.
Me asustó un poco ser testigo del sexo de mamá, pero no podía con la calentura que despertó en mi sexo, volví por mi necesidad de tocarme, fui testigo casi hasta el final del acto. Cuando comenzaste a bramar, como lo hacía el novio de Clarita, me escapé por miedo a ser descubierta, salí de la casa y esperé como media hora para volver a entrar, obviamente haciendo los ruidos suficientes como para delatar mi presencia, aun así vi a mamá salir en bata de baño, con el rostro encendido por los calores de la calentura, detrás apareciste tú, diciendo no sé qué cosa del problema de la luz que no encendía…
—¡Vaya!, cuantas novedades. Te pareció mal haber pescado a tu mami teniendo sexo conmigo?
—Bueno, en un primer momento creo que sí, luego pude comprender el tamaño de las necesidades de una mujer, que aún es joven, que siente necesidades de afecto y de sexo y entendí todo. Luego que te retiraste y sin mediar ninguna pregunta ni explicación, me acerqué y le di un gran abrazo, esos que solo se imaginan. Fue un abrazo de dos mujeres que se entendían sin decir palabras. Desde ese momento ...
... entre ambas se estableció ese contacto confidencial que excede el de madre e hija.
Fue un monólogo de una mujer que se está descubriendo, que se abre al amigo comprensivo, hice la pausa, otra cerveza más serviría para aceitar el tobogán de las confidencias, ella sola había abierto la puerta, ahora todo era cuestión de esperar por más. La incité de manera sutil a que blanqueara todos sus miedos, temores e íntimos deseos. – Vamos Normi, sigue confiando en tu M (maestro) cuéntale todo y más… Hablar del M (maestro) en tercera persona, nos acercaba, hacía el vínculo más estrecho, hasta como impersonal y más permisivo. La experiencia me permite estas licencias, algo tramposas, que para el sexo y el amor son legítimas, el todo vale sin dañar ni violentar la voluntad, es potestad del deseo, si hasta me sentía el predicador de la fe en el deseo de Normi.
—Don Luis, digo.. Luis, o mejor… maestro… yo siento… tengo muchos deseos de sentirme bien mujer, una mujer completa pero tampoco quiero traicionar a mamá ni a mi novio, muy “nerd” pero buen tipo. No sé qué hacer ya…
Se dice que el diablo sabe por diablo pero más sabe por experiencia, eso es lo mío…
Era tiempo de sacar a escena al M, hacer docencia sobre el placer y la lujuria, la energía femenina a full y como expresarla sin consecuencias no deseadas. Descontaba que por falta de riesgos no tenía protección alguna, mientras aconsejaba buceaba entre sus deseos, quería llegar sin dañar, desvirgar sin traumas, el placer sin ...