Holanda dos noches, dos días
Fecha: 30/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... verga morena preciosa colgando junto con su bolsa escrotal morenita y donde resalaban sus huevos redondos.
-¿Qué? ¿No te vas a poner el bañador?
-¡Oh! Disculpa. -él estaba con su bañador puesto y yo como tonto, con él mío en la mano y con una incipiente erección que yo no veía.
-Venga, póntelo, estas excitado y van a pensar mal de nosotros. -señalaba mi polla con la mano y me puse rojo, creía que me daba algo, era lo más bochornoso que me podía pasar y él sonreía con una sonrisa de picardía en los labios.
Pensaba desde aquel momento que mi amigo me evitaba y me hablaba menos, tenía que buscar y darle una explicación que me justificara, y unos días más tarde estábamos esperando enfrente de las escuelas, sentados en un banco a la sombra de los plátanos, haciendo tiempo hasta que llegaran otros amigos y mirando a chicos pequeños que jugaban en el patio.
No sabía cómo empezar y después de los saludos nos quedamos en silencio.
-Mira Unax, tengo que hablarte de lo que pasó el otro día en los vestuarios de la piscina. Levantó la mirada del suelo y me miró, normal, sin parecer curioso.
-No es lo puedas pensar.
-No pienso nada, sé que eres marica, o gay, o como se diga.
-Cómo puedes decir eso, es mentira, no te había visto desnudo hasta ese momento y me llamó la atención. –me atragantaba y notaba que él no me creía.
-Arturo, a mí no me importa lo que seas, eso es cosa de cada uno, pero lo sé.
Me iba a poner a llorar de un momento a otro, los mocos ...
... resbalaban de mi nariz y se unían a las lágrimas en mis labios. Sacó un pañuelo de papel de su bolsillo y me lo alargó.
-Límpiate y deja de llorar, te van a ver si viene cualquiera. –me soné los mocos y me limpié las lágrimas. La había jodido bien, había perdido a mi mejor amigo. Me tranquilicé y le miré con timidez.
-¿Y ahora?…, no me tendrás de amigo y yo…, yo quiero ser amigo tuyo.
-Ya te he dicho que a mí no me importa, eres mi amigo y siempre lo has sido, seguiremos igual, tendrás que tener cuidado y que no te descubran.
Teníamos trece años y Unax razonaba como un chico mayor, muy mayor, llegaron los amigos y dejamos de hablar, no lo volvimos a hacer en todo el resto de la tarde y al anochecer le vi cuando se metía con una amiga entre el verde oscuro de las plantas para ocultarse de miradas indiscretas. En otro momento hubiera sentido celos, ahora me conformaba con que nuestra amistad no se hubiera estropeado del todo y me marché para mi casa.
Los dos días siguientes me quedé en la piscina de mi urbanización, sin salir para no verle, temía que hubiera algún tipo de rechazo por su parte. Al tercer día, a la mañana, se presentó en mi casa, mamá le abrió la puerta y les escuchaba hablar desde mi habitación. Sabía que en un momento estaría presente al escuchar sus pisadas en los escalones de madera.
-Creía que estabas enfermo. –sonreía como siempre y vino a sentarse a mi lado en la cama, me dio un empujón con su hombro pegando fuerte en el mío y me tiro, me ...