Holanda dos noches, dos días
Fecha: 30/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... verga resultaba deliciosa, ese trozo de él que penetraba en mi boca me encantaba, me gustaba mucho, había probado mi precum y el suyo me sabía mejor, alguna vez nos arañábamos con los dientes pero no importaba, nuestros deseos no morían por esas pequeñeces, volvíamos a insistir a probar hasta que los dos suspirábamos y teníamos las pollas a reventar de duras.
Había realizado un viaje para conocer un país y…, no, realmente había venido para verle a él, no salimos de casa para nada, no comíamos más que lo imprescindible para no desfallecer, teníamos que conocernos en otros aspectos más placenteros, aprendimos a mamarnos las pollas, hicimos el amor como hombres, me desvirgó, con paciencia, con dolor, con placer y quedó claro que por ahora él no me la iba a dejar meter, solamente fue una vez la que me penetró porque mi culo resultó herido por su flecha del amor, muy herido y teníamos que dejar que mi ano se pusiera bien. No nos importaba, nuestras bocas estaban para darnos placer.
Recogía mis pocas pertenencias en la mochila, solo había usado un slip ...
... y una camiseta, me había sobrado la ropa. Terminé y nos sentamos en el sofá del piso inferior, al lado de la enorme estufa.
-¿Y ahora qué Unax?
-Ahora no tendrás que buscar más, me tienes a mí, nos tenemos, nos veremos siempre que podamos y esperaremos un tiempo hasta ver cómo se resuelve mi situación.
-Deseo que vivamos juntos, nos estamos haciendo mayores y no sé si está bien, pero…, ¿Arti quieres ser mi novio? -se había puesto intensamente rojo, yo también.
-Unax, eso es una mariconada. –nos abrazamos entre risas.
-Quiero, si que quiero.
No teníamos que facturar equipaje y comimos para calmar nuestros estómagos que rugían hambrientos, me cogió de la mano para pasear por la terminal y retrasamos el momento de embarque hasta el último segundo.
-Te tienes que marchar Arturo, vas a perder el vuelo.
-No quiero irme Unax, no quiero. –resultó un terrible regreso con llanto que tenía que disimular tapándome a veces la cara, y para cualquiera que me viera, le resultaría muy extraño ver a un chico llorar y sonreír a la vez gozoso.
Fin