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Anita de tus deseos (capitulo 9)
Fecha: 01/08/2020, Categorías: Gays Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
... penetró. Al principio se quejó un poco: está claro que nunca la habían metido una polla cómo la de mi padre. Sentía una sensación extraña. Sentía muchos celos al ver cómo se follaba a otra: y a corta distancia. Pero entonces paso algo. Con el ir y venir de su polla, Evelyn segregaba y me salpicaban la cara. Por supuesto no era mucha cantidad, pero si lo suficiente como para notar cómo las gotitas impactaban en mi cara. Con la lengua la lamia el clítoris intentando recoger algo más y saborearlo, mientras María hacía en mi vagina un trabajo concienzudo. Tuve un orgasmo y luego otro, al igual que Evelyn. Entonces papá se corrió, pero antes de eyacular la sacó y me la metió en la boca regalándome su semen. Estuve chupándola un buen rato, limpiándola concienzudamente: no quería que quedaran restos de otra mujer. —¿Dónde tienes el arnés ese con doble polla? —preguntó a Paco incorporándose. Este le hizo una indicación a María que salió volando en su busca. Un par de minutos después regresó y se lo dio a papá. Me hizo poner de rodillas y me introdujo en la vagina la parte interna. Después me apretó las correas para que no se me saliera y después de morrear a María un rato la hizo tumbarse bocarriba y separar las piernas. Me colocó entre sus piernas e ...
... inclinándome sobre ella la penetré con mucho cuidado: no quería hacerla daño. Empecé a follarla y según lo hacía me follaba yo misma. María desfrutaba cómo una loca y buscaba mis labios para comérmelos y me ofrecía la lengua que aceptaba sin dudar. Después de un rato, papá se puso a acariciarme el trasero e introdujo un dedo en mi ano. Fue automático: me corrí. Mientras lo hacía, me descontrole y era incapaz de mantener el ritmo. Papá me dio unos azotitos en el trasero para animarme a seguir y eso hice. Continúe apretando a María mientras mi cuerpo se cubría de sudor y María encadenaba orgasmos. Entonces papá repitió la operación: metió un dedo en mi ano y al momento me volví a correr. Me quede sobre ella y cuándo me recupere un poco la estuve besando por todo lo que tenía a mano. Ahora comprendo por qué papá lo hace conmigo: siempre que terminamos se tira un rato largo besándome. A mí me gusta: me siento deseada. Espero que María sienta lo mismo. Llegamos a casa cuándo las primeras luces de la mañana rompían la noche. Estaba agotada. Tanto que me costó subir las escaleras. Nos duchamos rápido, nos metimos en la cama, y antes de que apagara la luz, ya estaba dormida. ********** Este relato lo encontraras también en: http://abismoinsondable.blogspot.com.es/