1. Una para todos (Tercera parte)


    Fecha: 17/08/2020, Categorías: Transexuales Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... contenía cualquier ruido que pudiera emitir. Escucho la voz detrás de la puerta.
    
    —Me dijo que iba a recogerte, algo así.
    
    —No ma’ yo estaba con mi novio.
    
    —Seguro se fue con sus amigotes.
    
    —Haaaag mmm si, seguro al dominó.
    
    —¿Estas bien? Te escuchas ronca, te vas a enfermar.
    
    La risa pícara de Fernanda mataba de angustia a su padre, que le hacía señas de que ya se callara.
    
    —Un poco, seguro se me pasa ma’
    
    —Ahorita te hago un té mi niña.
    
    En cuanto escucho que se alejaba, Fernanda se trepó sobre su padre y se ensartó. Ahora no gritaban, todo se lo susurraban al oído.
    
    —Estas loca Fernanda.
    
    —No me digas así, trátame como puta.
    
    —¡Te voy a coger como la perra que eres re cabrona hija de la chingada!
    
    —Si papito dime más!!!
    
    —Vas a ser mi puta mientras respire, esa cola es mía, eres mi putita!
    
    “YA ESTÁ TU TÉ MIJITA”
    
    Pegaron un brinco y como pudo se acomodó la falta, su papá se paró y se colocó tras la puerta. Fernanda abrió un poco, recibió la taza y le sonrió a mamá.
    
    —Gracias ma
    
    Cerró de inmediato.
    
    —¡Abre las ventanas para que se ventile. Huele muy feo hijita!
    
    —Si ma’ Tranquila. Hoy dejó bien limpio todo.
    
    Papá le hacía señas para que cerrara la puerta. Pero a ella le excitaba esa adrenalina. En cuanto sonó el seguro de la puerta su padre la empujó hasta la cama hasta déjala empinada, levantó su falda sobre su espalda. En cuanto sintió el ano de su hija, empujó hasta penetrarla, le encantaba sentirse dentro de esa colita ...
    ... apretada.
    
    —Si papi! hazme tu perra!
    
    —Este culo me vuelve loco cabrona! Levanta esas nalgas que quiero verte bien empinada.
    
    —Si papi soy tu perrita!
    
    —¡ESO! ¡Que rica colita!
    
    La pasión los envolvió, ya sonaba el choque sus nalgas contra papá. Y los gemidos de Fernanda crecían.
    
    —¿te sientes bien hija? escuche ruido, ¿no rompiste mi taza verdad?
    
    —No ma’ me voy a dormir un rato haaaa haaaaay!
    
    —Abre y te tomó la temperatura.
    
    Don Antonio no paraba y solo movía la cabeza esperando que su esposa se fuera de una buena vez. Pero insistía, los ruidos no eran normales.
    
    —Si me siento mal te aviso ma’ me duermo un rato.
    
    —¡es que también siempre andas toda destapada! ¿No andabas con esa falda por la calle verdad?
    
    —¡No ma’!
    
    —¡Tanto tipo vulgar!
    
    —¡me voy a dormir ma’ bye!
    
    Don Antonio con fastidio se tumbó sobre la cama, y Fernanda se subió sobre el y mientras sus caderas se movía, aprovechaba para besar el pecho lleno de vello de su padre.
    
    —¡Si te enfermas te voy a tener que inyectar mijita!
    
    —Jajaja no mamá, inyecciones no ja ja ja!
    
    —Voy a preparar la cena.
    
    —Si mamá siii siiii asiii
    
    —¡Estas muy rara niña!
    
    Por fin su parte la tomó de las caderas y la hizo rebotar sobre su verga.
    
    —Ahora si ya muévete chingada medre.
    
    —¿Todavía la amas?
    
    —¡CÁLLATE Y MUEVE EL CULO PERRA!
    
    Como si le hubieran encendido un botón, Fernanda comenzó a ir y venir sobre su padre. El ruido de la cama era incontrolable, así como el deseo de acabar de Don ...
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