Dinero
Fecha: 28/09/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... elgintonicque ha estado bebiendo muy deprisa,se levanta y se despide diciendo:
—El dinero es vuestro de todas las maneras, aceptéis o no. No seáis tontos, usadlo. Hasta mañana, ya me diréis lo que pensáis de lo que os he dicho, no es enfadéis conmigo, por favor, es que me pones muy cachonda, Luis, pero no aguantaría perder el trato de amistad con vosotros dos
Nos hemos quedado atontados, sin reaccionar. Llevamos muchos días intentando eludir la propuesta de Berni —treinta mil euros a cambio de follarse a Ceci dos veces al mes durante un año— dándole vueltas a la cabeza, y resulta que su esposa nos hace otra propuesta similar, aunque eso sí, con el dinero por delante, sin la prepotencia de Bernardo y apelando, en cierta medida, a un sentimiento de amistad.
Nos da un ataque de risa floja durante largos segundos, e inmediatamente, cuando parece que nos serenamos, nos besamos en la boca, con deseo, con urgencia de sentirnos unidos.
Ceci y yo tenemos sexo a menudo, cuando surge, sin programarlo porque sea fin de semana o estemos de vacaciones o situaciones por el estilo. Nuestros preliminares no son largos, nos besamos con intensidad, mutuamente nos acariciamos tras desnudarnos por completo, ella se centra en ocuparse de acariciar mi polla y yo le como las tetas al mismo tiempo que acaricio su culo. Rápidamente estamos preparados para seguir adelante, de manera que se arrodilla en el asiento del sofá de dos plazas que hay en el despacho, apoya los brazos y el torso ...
... en el respaldo, levanta hacia arriba y hacia detrás su maravilloso culo, y yo me acerco ya con la polla tiesa y dura para penetrar su mojado coño. De un único rápido y profundo golpe de riñones le meto la polla, sonríe, respira con fuerza, yo me quedo quieto durante unos instantes en los que noto ya las muchas ganas que tiene mi mujer, me recreo en moverme muy lentamente en círculos, sólo unos momentos, porque Ceci me exige que le dé ya una buena follada, acompasamos nuestros movimientos y durante muchos minutos pongo toda mi atención física y sicológica en la polla, en entrar y salir rápidamente controlando las reacciones de mí mujer, quien desde el primer momento se está acariciando su tremendo agradecido clítoris. Tarda poco en correrse, su orgasmo es largo y profundo, como siempre, callado, sólo altera su respiración y da algún que otro ronco corto gemido durante el tiempo que le dura.
No la saco, sigo moviéndome deprisa buscando mi corrida, ya me hace falta, y tanto el roce en el coño como la subida y bajada de la piel de mi tranca, combinado con los espasmos vaginales que durante bastantes segundos sigue teniendo Cecilia —algunos fuertes como pellizcos— colaboran en mi orgasmo, al que llego eyaculando con ganas, soltando media docena de chorros de semen lo más dentro posible. Qué bueno, qué gozada.
Hemos estado unos minutos adormilados, cogidos de las manos y acariciándonos la cara o besándonos en los labios, pero estamos en el trabajo, así que mientras Cecilia se ...