La Madrastra
Fecha: 21/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... quedado.
- Eh tías que pasada de fiesta!!
- Pillar unos mojitos están de vicio.
Bea se quedó con el resto y yo me acerque a la cocina donde el chico que nos había abierto estaba sirviendo las bebidas, me acerque y le pedí dos mojitos con la mejor de las sonrisas, el devolvió la sonrisa y aunque un poco nervioso se puso manos a la obra con los mojitos. Mientas esperaba no perdí la ocasión de preguntarle por Marcos…
- Voy a varias clases con Marcos… ¿no ha venido?
- El chico levantó la cabeza y me miró con cara de desilusión, seguramente el como todos, había hecho sus cuentas…
- Estará al caer, ha salido a por hielo.
Al ver la desilusión en su rostro no pude evitar sentirme un pelín culpable y le pregunté su nombre.
- Por cierto no nos han presentado, soy Marta ¿y tu?
- Soy Julio, encantado
Nos dimos los dos besos de rigor y en ese mismo instante una voz sonó tras de mí.
- Hola muy buenas noches compañera, te invito a mi fiesta y pretendes ligarte a Julio…
Al volverme lo vi… era Marcos cargado con un par de bolsas grandes de hielo, el corazón me dio un golpecito y una oleada de nerviosismo se apoderó de mi cuerpo.
- Ah hola que tal Marcos, bonita fiesta y bonita terraza…
Es todo lo que alcancé a decir, intentando mostrarme lo mas indiferente posible.
- ¿Has visto el piso ya?
- Si, si, Julio nos lo ha enseñado, muy Bonito, lo de la terraza es una pasada.
Para entonces Julio ha terminado los mojitos y me los dio.
- Julio, ...
... ¿ me ayudas con los hielos?
- Eh tío déjame respirar un poco, paso de ser el camarero, a partir de ahora quien quiera algo que se lo prepare.
- Bueno pues ayúdame tu Marta, tengo que meter todos estos hielos al congelador
- No puedo, tengo que llevarle esto a Bea, está esperando en la terraza.
- Bueno que se lo lleve julio, si es la Bea que yo conozco, se te alegrara el ojillo jejeje
Sin darme siquiera oportunidad a decir nada, Julio cogió uno de los mojitos que me había preparado y salió de la cocina, me quede a solas con Marcos y tras dejar el mojito sobre la encimera, comencé a meter hielo junto a Marcos en todo tipo de envases.
- Me alegro mucho de verte, me apetecía que vinieras… no te lo he dicho nunca pero me pones a mil.
Sin duda no era normal que me dijera algo así, iba lanzado porque seguramente había bebido y no sabía lo que decía, aunque no puedo negar que me sentí como una cría de 14 años, en su primer beso.
- Anda Marcos no sabes lo que te dices, me parece que has bebido demasiado.
Intenté ponerle a mi voz el tono más indiferente que pude, aunque mi interior hervía la sangre amotinada.
- ¿No te han enseñado que los borrachos y los niños dicen siempre la verdad? Me pones más caliente que una chocolatera…
Esta vez se acercó a mí sin retirar su mirada de mis ojos, traspasó el espacio de lo que normalmente es lo políticamente correcto y permaneció así durante unos segundos. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando su mano se posó ...