Mi hijo y su amigo
Fecha: 29/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: LESTERUCO, Fuente: SexoSinTabues
... podía sentir sus manos acariciando mis muslos. - ¿Juegan mañana? – pregunté. Él y Martín jugaban al básquetbol en el equipo del colegio. - Sí. - me contestó – A las ocho. - Entonces, deberías irte a la cama. - Un ratito más. - siempre me pedía un ratito más antes de irse a dormir. Finalmente me dio la razón, y despidiéndose con un beso, subió en dirección a su cuarto. Me quedé mirando la tele, aunque sin prestarle atención. Realmente me inquietaba todo aquello. Damián estaba despertando a sus primeras experiencias con el sexo. Lo mismo que Martín. Y yo era el blanco de sus deseos. Pensé que correspondía que Roque hablara con ellos, pero con mi marido no se podía contar. Decidí que debía enfrentar la situación. Buscaría la oportunidad. El calor era pesado. Se me ocurrió darme un baño en la piscina. Iba a subir a ponerme el bikini, pero pensé que si se despertaba Damián, no habría forma de que se volviera a la cama. En puntillas, busqué una toalla y salí al jardín sin encender las luces. Ya en el borde de la piscina, me quité la bata y la tanguita y entré al agua sin hacer ruido. Siempre me gustó nadar desnuda. Pareciera como si el roce del agua sobre mi sexo y mis pezones desatara una cierta excitación, al mismo tiempo que una agradable sensación de libertad. La oscuridad era completa, salvo las luces de la casa. - Mami. - la voz de Damián sonó al borde de la piscina - ¿Está buena el agua? - ¡Nene! – me desesperé - ¿Qué hacés aquí? - Hace una calor bárbaro. - se justificó - ...
... . no puedo dormir. - ¡Pero mañana tenés que jugar! – no sabía como hacer para que volviera a su cama. - Bueno, me doy un bañito y vuelvo a la cama. - ¡se quería meter a la pileta! - Está bien, andá a ponerte la malla. - mientras lo hacía, aprovecharía para salir del agua y vestirme. - Ya la tengo puesta. - estaba atrapada. Se zambulló en mi dirección y apareció a medio metro mío. Nadé alejándome. - ¡Está buenísima! - Sí, muy linda. - contesté con un hilo de voz. - Mami. - Damián parecía dudar - . ¿Tenés puesta la bikini blanca? - N. no . - contesté evasiva. - ¡Ah! – no se conformó - ¿Y qué tenés puesto. ? No tenía sentido mentir. Tarde o temprano tendría que salir de la pileta. - Es. toy. desnuda. - susurré. - Ah. - no hubo otro comentario. Nadó en mi dirección, y yo hice otro tanto, procurando alejarme. Así estuvimos unos minutos, hasta que finalmente me alcanzó, quedándose a escasos 20 centímetros. Su proximidad me inquietaba enormemente. Sentía temblar mis piernas, procurando mantener mi cuerpo bajo el agua, asomando sólo la cabeza. Damián se paró delante de mí, con el agua a la altura del abdomen. Levanté la vista y sus ojos, como dos brasas, me miraban recto. - Mami. - cada pregunta suya anunciaba una catástrofe - ¿Me puedo desnudar yo también? No podía negárselo, so pena de darle a la situación un cariz sospechoso. Por otro lado, no me horrorizaba verlo desnudo, era mi bebé. - ¡Pero sí! – Dije, con la mayor naturalidad posible, riendo forzadamente – No tiene nada de ...