Mi hijo y su amigo
Fecha: 29/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: LESTERUCO, Fuente: SexoSinTabues
... Repentinamente, tomé conciencia de que lo que realmente deseaba era una barbaridad. No podía ser. y sin embargo no estaba dispuesta a renunciar al placer. Todas mis hormonas me empujaban hacia la lujuria y mi razón me detenía. Necesitaba pensar. Salí del agua, y fui hacia la cocina, alejándome de aquellos cuerpos que representaban una tentación imposible de resistir. Necesitaba beber algo fuerte. Abrí el armario y me serví una generosa medida de tequila. Y dos más, para ellos. Tomé la botella y salí al jardín. Parecía que necesitaba aturdirme. De un trago bebí mi vaso. Me sentí mejor, más segura. Caminando hacia la reposera donde ellos me esperaban, sentía mis pechos moverse al compás de mis pasos. El tequila comenzaba a hacer efecto. - ¿Quieren? – les ofrecí los otros dos vasos, mientras me movía provocativamente al compás de la música que sonaba en la radio – Es tequila. - Bueno. - dijo Damián, y ambos tomaron los tragos. Me serví otro poco y también lo bebí. - ¡Quiero bailar! – la risa me salía fácil. Comenzaron a moverse junto a mí, los tres desnudos en el jardín. No podía dejar de admirar sus vergas, ya de nuevo totalmente erectas, y ellos no se preocupaban en ocultarlas. Yo a mi vez, levanté mis pechos como mostrándoselos al ritmo de la música. Ahora estaba totalmente desinhibida y daba rienda suelta a mis sentidos totalmente desbocados. - ¡Qué buenas tetas tenés, Marian! – Martín me tomaba de la cintura y me susurraba al oído. Al sentir sus manos sobre mi piel, mis ...
... pezones volvieron a ponerse duros. No lo podía evitar, deseaba a estas dos criaturas de una manera estremecedora. - ¿Te gustan mis tetitas? – las levantaba y se las ofrecía, riendo provocativa - ¿Y a vos Dami, te gustan las tetitas de Mami? - Mami. - Damián también me rodeó por la cintura y quedé atrapada entre ellos - . estás muy puta. - sentía sus pijas rozándome. Las palabras de Damián fueron como una revelación. Si, estaba muy puta. Algo había desatado la puta que llevo adentro. - Mmmm. - me volví hacia Martín - ¿a vos te gusta que sea muuuy puta. ? – sus ojos brillaban cuando se inclinó hacia mis pechos. - Te voy a . - no llegó a terminar la frase, ocupado como estaba lamiendo mis pezones, que parecían dos botones sobresaliendo de mis tetas. Damián me besaba el cuello y sentí sus manos deslizarse por mi vientre en dirección a mi depilado pubis. - ¿A qué, bebé? Cerré los ojos para disfrutar más de aquellas caricias, inclinándome hacia delante para que Martín pudiera solazarse más aún con mis pechos. Sentí la verga dura de Damián entre mis nalgas, - ¿Qué me quieren hacer? Aferré una de aquellas vergas con cada mano, acariciándolas y sintiéndolas palpitar como si tuvieran vida propia. Martín se recostó sobre la reposera, la pija ahora asemejaba un mástil erótico. No pude resistir la tentación. Abriendo las piernas, cabalgué sobre él, acomodando la punta de su miembro entre los pliegues de mi vagina, que estaba totalmente empapada. Lentamente comencé a descender, sintiendo como ...