1. Mi hijo y su amigo


    Fecha: 29/10/2020, Categorías: Incesto Autor: LESTERUCO, Fuente: SexoSinTabues

    ... bruscamente de tema – Nunca te los vi usar. - ¿Qué cosa? – pregunté sin entender - Esos conjuntos tan lindos. - me miró sonriendo. - ¡Ah, es que son nuevos, me los compré junto con las bikinis. ! – procuré que mi tono de voz sonara casual, pero en realidad me alarmaba el interés de Damián por mi ropa interior. - ¿Si? – me seguía mirando - ¿Me los mostrás? Otra vez la misma situación. No sabía como manejar este asunto. Si me negaba, crearía una expectativa acerca de mi cuerpo que no tenía sentido. Fui hasta el armario y le mostré los dos conjuntos que había comprado, sintiendo el rubor subir hasta mi rostro. Damián examinaba las prendas y me miraba de reojo. Tomó uno de los sujetadores, negro, de encaje de seda, con su correspondiente tanguita mínima y me sonrió. - ¡Mami, estos te deben quedar espectaculares! – sus ojos brillaban - ¡Probate uno! - ¿Ahora? – procuré eludir la cuestión. Sentía arder mi rostro y el corazón me golpeaba en el pecho - ¿Te parece. ? - ¡Dale, quiero ver cómo te quedan! – no parecía dispuesto a olvidar el asunto. - ¿No ibas a llamar a Martín? – hice un nuevo intento de desviar su atención. - Si, mientras lo llamo, vos ponete el conjunto. - no había caso - Bueno. - accedí de mala gana, mientras él salía del cuarto y se dirigía a la sala. Menudo lío. Examiné los dos conjuntos. El que había tomado Damián era casi totalmente transparente. Era como desnudarme delante suyo. El otro me pareció algo más prudente. Era igualmente transparente, pero tenía unos ...
    ... bordados en forma de rosa en la parte delantera del busto y en el triangulito que debía cubrir el pubis que taparían algo. No mucho. - Martín viene mañana a la mañana – gritaba Damián desde la sala - ¿Bajás? - Voy. - apremiada, me decidí por el de los bordados. El sujetador cubría poco, los pechos quedaban casi enteramente desnudos, a excepción de los pezones, que se disimulaban detrás de los bordados. La tanguita cubría mi pubis a duras penas, pero por detrás era solamente una tirita que se perdía entre mis nalgas. Pensé en ponerme una bata, pero deduje que Damián iba a insistir en que me la quitara, lo que agregaría más carga de morbo al asunto, que era precisamente lo que yo quería evitar. De modo que me calcé las sandalias y respiré hondo, iniciando el descenso hacia la sala. Conforme iba bajando por la escalera, me fui tranquilizando. Al fin y al cabo, no era una situación tan difícil. Damián estaba despertando al sexo y su curiosidad era lógica. Y era mejor que se quitara las dudas conmigo y no con cualquier atorranta que seguramente se aprovecharía de él. Y aparte, yo no estaba tan mal. Ya por la mitad de la escalera, acomodé bien el sujetador, que ya marcaba dos botones en la punta de mis pezones, alisé mi cabello y me humedecí los labios con la lengua. - Te queda espectacular. - Damián hablaba en voz baja, casi ronca, mientras recorría todo mi cuerpo con su mirada brillante - . fantástica. - ¿Te gusta. ? – me despojé de todo pudor. Si había que hacerlo, lo haría bien. ...
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