Desafío de galaxias (Capítulo 1)
Fecha: 18/10/2017,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... sacerdotisas, que sudorosos brillaban bajo la luz de las lámparas.
—Los guerreros místicos, utilizaban la energía mística en su provecho. La espada es como una antena que la capta y la reconduce por su cuerpo. Si has leído sobre Matilda, sabrás que cuando mato al traidor, su tío, partió por la mitad su trono de piedra, con un solo golpe de Eskaldár. Esa energía también alimentaba su escudo de energía. En cambio, ellas usan escudos de duranio y no pueden usar la energía para combatir.
—Reverenda madre, yo quiero aprender. Sé que en unos días es imposible, pero mientras este aquí me gustaría entrenar con ellas. Eso si, la aseguro que yo no tengo esos músculos.
—Si es tu deseo, entrenaras con las novicias, ¡y te alimentaras como es debido! Ahora acompáñame, — y salio por la puerta seguida por Anahis. Recorrieron unos metros por el pasillo y entraron por una puerta que estaba entreabierta. Estaban en el armero del monasterio, y cientos, si no miles de espadas y lanzas se mostraban perfectamente ordenadas. La priora recorrió varios pasillos hasta que se detuvo ...
... frente a una estantería de donde cogió una espada que estaba dentro de una bolsa de terciopelo negro—. Creo que está te gustara, —se la entregó a Anahis que con sumo cuidado la fue extrayendo de la bolsa. La funda estaba profusamente labrada con ramos de flores.
—¡Es preciosa! —exclamó entusiasmada.
—Todavía no la has visto: desenváinala, —la animó con su casi perenne sonrisa.
Anahis lo hizo y quedo impresionada con la labor de cincelado de la hoja. Unos veinte centímetros de la zona de la empuñadura estaba profusamente labrada, también con motivos florales.
—Necesitaras un escudo, —dijo indicándola una estantería donde había un buen número de ellos. Eran totalmente metálicos, sin decorar—. Los guerreros del Círculo solían decorarlos a su gusto.
—Me parece reverenda madre, que es demasiado pronto para pensar en eso.
—Querida niña, sus armas acompañan al guerrero toda la vida.
—Pero, yo no soy un guerrero reverenda madre, —dijo Anahis riendo.
—Es posible, pero… no se…, tienes algo especial querida niña. Lo noto. Creo que vas a dar buen uso a esa espada.