1. Luna, mi hermana desconocida


    Fecha: 02/12/2020, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... improbable encontrarla, ya que podría haber ido a cualquier otro boliche, o a ninguno. Me quedé en la barra un rato, tomando unos tragos. En un momento se acercó una chica y me saludó. No estaba nada mal, además con la oscuridad y el alcohol encima, me parecía mucho más linda de lo que realmente era. Se trataba de esas zorras que se acercaban a uno en busca de que le pagues los tragos. Yo la invité y luego la saqué a bailar. Tenía las tetas grandes y cuando nuestros cuerpos se arrimaban al ritmo de la música, los sentía presionándolo con mi tórax. Tenía lindo cuerpo. Puse la mano en su cintura, y cada tanto la bajaba un poco para sentir el inicio de sus generosas nalgas. Tenía una linda carita redonda, que me tentó a besarla. En el primer intento me esquivó, pero la siguiente vez la agarré con fuerza de la cintura y la atraje hacia mí, y le comí la boca. Tenía un fuerte aliento etílico que no me gustó mucho, así que para compensarlo aproveché para estrujarle el culo. Pero cuando le estaba metiendo la mano debajo de la pollera, se apartó de mí.
    
    — ¡No te zarpes! — me recriminó.
    
    Pero la zorra siguió bailando conmigo. Seguramente en la intimidad se dejaría meter mano sin problemas. Yo tenía una erección, y la chica, a la cual jamás le pregunté el nombre, frotaba su cadera en mi tronco cada vez que podía. Estaba más caliente que yo. Esa noche estaba de suerte, con solo estar un rato en Brooklin, ya tenía un polvo garantizado para más tarde.
    
    Pero justo entonces creí ver ...
    ... a Luna. Era difícil estar seguro de que era ella. De hecho, solo divisaba una silueta borrosa mezclada con un montón de otras chicas. Pero sus facciones, las que veía muy borrosamente, me hicieron pensar que podría tratarse de mi hermanita.
    
    Le dije a la chica con la que estaba bailando que iba al baño y ya volvía. Me acerqué a donde creía que estaba mi hermana. La chica vestía una remera negra muy ceñida, un short diminuto del mismo color, con un cinturón grueso. Los cabellos castaños estaban teñidos de rubio en las puntas. Estaba espléndida, bailando bajo los haces de luces multicolores rodeada de un grupo de amigas.
    
    No me animé a acercarme. En cambio, me puse a bailar muy cerca de ella, con una gordita escandalosa que se sabía todos los pasos de las canciones. Cada tanto la miraba de reojo, y cada tanto mi mirada se cruzaba con la hermosa mirada azul de Luna. No cabía duda, era ella. Mi hermana.
    
    Unos chicos quisieron sacarla a bailar. Ella no aceptó ni rechazó, sólo se limitó a seguir moviéndose al lado de sus amigas, mientras los pibes se movían como monos a su alrededor. Alguno quiso robarle un beso, ganándose a cambio un cachetazo. Me gustó su actitud. Se hacía respetar. No era cuestión de que por vestirse de tal manera tenga que aguantarse los arrebatos de cualquier pajero.
    
    Yo seguí bailando con la gordita, y más de una vez sentí la mirada de Luna clavada en mi nuca. Pero cuando me daba vuelta a mirarla, ella desviaba la mirada, y fingía decirle algo a su ...
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