1. Muchacho tímido y sincero


    Fecha: 05/12/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... se tiró hacía atrás y se comenzó a ensartar en ella. Cuando entró el glande su rostro se desfiguró.
    
    Tuve que sacarla..., no resistía. Pero tampoco íbamos a seguir así toda la vida. Eso no podíamos dejarlo así. Necesitábamos un condón, o varios, para seguir desvirgándolo.
    
    Con una media sonrisa en la boca, (seguro que contento por habérsela ensartado, aunque fuera un poquito), me pidió que le volviera a rozar el ano con los dedos, y se fue metiendo uno, lo tuvo dentro mientras se masturbaba hasta correrse y yo también me sacudí la polla y reventé tirando la leche que me salía a borbotones.
    
    Cuando le saqué el dedo le dolió mucho. Le explique que cuando los hombres eyaculamos, varios músculos se contraen y que, la contracción en su cerrado culo aprisionó el dedo que raspó el ano para salir.
    
    Pero que no pasaba nada, que cuando estuviera más abierto y le entrara toda la verga iba a sentirlo mejor. Y que, con el tiempo, podría terminar acostumbrándose, e incluso necesitando una verga más gorda en el culo para correrse.
    
    Le recomendé que para la próxima vez se hiciera un enema. Que podía hacerlo con café o con un té, que eso nos pone a mil, y que ese día no se metiera cocaína.
    
    El enema con agua limpia está bien, pero a mí no me gustan los malos olores y el café y el té los disfrazan... Un culo sabe muy rico recién lavado por dentro con olor a té o café.
    
    Me respondió que iba a comprar el equipo y que yo ...
    ... mismo tenía que hacerle la primera lavativa. Días más tarde le ayudaría y después le perforaría el culo. Con paciencia, como siempre hago para no romper algo tan precioso como el culo de un marica, aunque él no se reconozca así.
    
    Sin besos, sin caricias, sin mamársela ni masturbarlo. Solo darle rico la verga por el culo. Para lo otro está su mujer. Saludos fríos y despedidas silenciosas. Con encuentros discretos siempre. Así funciona esa relación y así debe continuar.
    
    Me quiero enamorar. Me gusta estar enamorado. De hecho lo estoy. Enamorado del amor, de ese que no siento. Ese amor que una vez sentí por una mujer y por tres hombres, una mujer que se fue de mi vida y tres hombres que siempre quisieron ser mis amigos y no mis sujetos de afecto y pasión como era mi deseo.
    
    ¿Mi fantasía sexual?... Mi fantasía es que un "tiarrón" de 180 me levante del suelo, ponga mis piernas alrededor de su cadera y me folle con todas sus fuerzas, pero también con cariño. Sí..., esa mezcla única de afecto y lascivia...
    
    Albany, mi fantasía es que alguien me folle como Bruno se folla a Luis en tu relato. Casi con adoración.
    
    Mientras llega ese tiarrón enérgico y de verga grande, con un corazón inmenso..., o mientras alguien me mueva el piso, hombre o mujer, me follaré al matón de mi vecindario. Y solo yo lo sabré...
    
    Hasta pronto Albany, te deseo lo mejor y a ustedes lectores también.
    
    Un chico algo tímido esperando.
    
    Fin. 
«12345»