1. UNA DEPILACIÓN MUY PLACENTERA...


    Fecha: 10/12/2020, Categorías: Gays Autor: marc_bcnhot, Fuente: RelatosEróticos

    ... quería hacerme sentir más putita, más dominado? La verdad es que no sé si aquel era el proceder normal y la postura típica para depilar, pero sus palabras sonaron como órdenes en mí. Me sentía tan dominado y cachondo que accedí y me postré a cuatro patas levantando el culo.
    
    Me miraba en el espejo y no daba crédito a lo que estaba haciendo. No dejaba de mirar de reojo ya que me daba miedo a ver que hacía por detrás de mí. Pero una vez más, observaba como de manera profesional estaba mirando la temperatura de la cera y observando mi culo para planificar la depilación. Ya me había depilado la parte exterior, y ahora me empezó a depilar un lado interior y otro. Me sentía algo raro, ya que era una parte hasta ese momento virgen e inexplorada. Repasó un par de ocasiones, y cuando ya pensaba que había acabado, entonces pasó su paleta sobre mi agujero. Fue paseando la paleta por mi agujero anal, una y otra vez, haciendo que este se contrajera como reflejo por el calor de la cera. Cada vez que hacía eso me provocaba un espasmo y aunque mi polla en ese momento no estaba totalmente despierta, provocó que segregara un nuevo reguero de líquido preseminal llegando el hilillo hasta la camilla. Se regocijó con mi agujero anal y me lo dejó perfectamente depilado.
    
    Finalizados los glúteos, me dijo:
    
    - Bueno pues ya estás! Has aguantado muy bien!
    
    Tras sus palabras, entendí que me había estado calentando la polla sin querer, fruto de mi imaginación, y que habiendo finalizado el magreo ...
    ... me quedaría el premio de consolación al llegar a casa, haciéndome una buena paja y expulsar la corrida que tenía retenida en mis huevos. Empecé como a levantarme y entonces me dijo:
    
    - Esperá! Túmbate bocabajo que antes que marchés voy a pasarte una loción hidratante y anticrecimiento para retardar que salga el bello.
    
    Le hice caso, y me tumbé boca abajo. Ahora disfrutaba de sus manos masajeando cada rincón de mis piernas y mi culo. Estaba excitado, pero entendía que era parte del servicio. Era parte del show doloroso de depilarse, que con tanto magreo uno estuviera excitado como las cabras. Noté como se detuvo en la parte interior del culo, como me puso crema en el ano y como sin querer me excitaba. Me daba algún tirón retirando restos de cera y volvía a masajear mi ano. Sin darme cuenta, como respuesta había elevado mi cadera dejando más a su merced mi culo. Me masajeó por detrás de las rodillas, la parte trasera de los cuadriceps, los abductores, haciéndome abrir las piernas del placer y el espacio entre el culo y los huevos, llegando a rozármelos.
    
    Me estaba encantando esta última parte de la depilación. Siempre habían dicho que era dolorosa, pero yo del dolor no me acordaba prácticamente, y la imagen que tenía en la mente era de excitante y placentera. Cuando finalizó por la parte trasera, me dijo que me girara. Evidentemente, mostraba los crónicos signos de excitación que había mostrado durante toda la sesión. Pero a estas alturas, asumido como un hecho natural y ...
«12...789...14»