1. Chicas con recursos


    Fecha: 15/12/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la cabeza hacia atrás, aunque enseguida volvió la vista para contemplarlas, entregadas a la tarea de mamarle la verga con una aplicación que, de haberla puesto en sus clases de inglés, las habría hecho obtener matrícula. Jorge supuso que semejante coordinación para lamerle los huevos, para hacer desaparecer el capullo dentro de sus bocas de forma alterna, no era producto del azar, sino de un concienzudo entrenamiento. Durante todo el día le había estado dando vueltas a la pregunta de cuánto tiempo llevarían las chicas follando a dúo. Pero a quién le importaba eso ahora. Lo único relevante era que la experiencia acumulada estaba conduciendo a Jorge más allá del nirvana sexual. Dos lenguas se deslizaban arriba y abajo por todo su pene, a veces más deprisa, a veces más despacio, las transiciones nunca se hacían a destiempo. Jorge hubiera querido aguantar un poco más, pero no había modo humano de evitarlo: se corrió en la cara de las chicas, que compartieron el líquido, como buenas hermanas, limpiándose la cara la una a la otra con la lengua.
    
    El joven estuvo tentado de disculparse. No sólo por haberlas dejado ‘insatisfechas’, sino porque él también ansiaba follárselas, y ahora habría que esperar una semana entera para eso. Amanda y Vero fueron a lavarse la cara y regresaron al sofá al lado de Jorge. Él abrazó a ambas y las besó en la frente. Estuvieron en silencio un rato, ellas descansando, Jorge maldiciendo el tener que irse. La primera en hablar fue Amanda:
    
    -Creo que ...
    ... esto ha estado muy bien.
    
    -Yo también lo creo – le replicó Vero-. Pero ahora es cuando vas a tener que dar la talla, Jorge-. El aludido las miró, alucinando.
    
    -¿Es que va a haber más?
    
    Vero le miró como si esa pregunta fuera una completa estupidez.
    
    -No pensarás irte y dejarnos aquí con las bragas puestas, ¿verdad?
    
    Jorge pensó que un auténtico caballero no lleva la contraria a dos señoritas; les sonrió y se dispuso a sacarles la pieza de ropa mencionada (tan pronto como las bragas volaron hacia el suelo, él perdió la noción de quién era quién). Las tumbó en el sofá, tan abiertas como les era posible, y se dispuso a hacerlas las gemelas más felices del mundo. Les metió dos dedos a cada una y empezó a moverlos en su interior mientras les comía la boca. Empezaron a jadear y a gemir, emitiendo soniditos tan parecidos que Jorge se sorprendió de las muchas similitudes que podían guardar unas gemelas. Era como sexo con eco.
    
    Le era imposible decidir por qué coñito empezar la cena. Ambos eran igual de atractivos, rasurados y rosaditos, dulces, cubiertos de su propio almíbar. Comenzó por el de la izquierda, que exploró con la lengua por cuantos pliegues encontró, sin sacar los dedos del coño de la derecha. Luego realizó la misma operación a la inversa, y luego otra vez, y luego otra... No se cansaba de saborearlas. Ellas tampoco se quedaban quietas, la pasividad no era lo suyo. Se toqueteaban, se masturbaban, su sobaban los pechos y se pellizcaban los pezones en mitad de una ...
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