1. Chicas con recursos


    Fecha: 15/12/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... orgía de sonidos guturales que iba in crescendo hasta llenar por completo el estudio con un eco lascivo y maravilloso.
    
    Cuando Jorge percibió que el tema de la oralidad ya estaba dado de sí, decidió que era momento de pasar a lo importante. Le hirió un poco en su hombría que las gemelas ni siquiera discutieran por ver quién era la primera en tirárselo, pero enseguida comprendió que sentirse herido por eso era una estupidez. Se las iba a follar a las dos, qué más daba el orden. Tumbó a Vero de costado y se colocó detrás de ella, insertándole la polla con morbosa lentitud, consciente de cada milímetro de carne que metía en aquella vagina anhelante de marcha. Cuando la tuvo tan adentro como la posición le dejaba, inició un bombeo suave y lento que iba acelerándose en cada embestida. Al cabo de unos minutos ya no le incomodaba la postura del brazo; sólo sabía que se estaba tirando a una gemela delante de su hermana, la cual, en un gesto generoso, se encargaba de frotarle el clítoris a la empalada para asegurarle un orgasmo bárbaro. Así fue un rato más tarde, y Amanda, al ver correrse a su hermana, reclamó su puesto.
    
    Vero se salió sin dar tiempo a que Jorge protestara; en apenas unos segundos lo habían tumbado boca arriba y Amanda ya se le había sentado encima y le cabalgaba apoyando las manos sobre su pecho y mordiéndose el labio. Jorge la agarró por las nalgas, porque sentía la imperiosa necesidad de dirigir su movimiento, pero el gesto era inútil. Amanda se bastaba para ...
    ... montarle, meciendo las caderas hacia delante y hacia detrás primero, saltando después. Vero le hacía el mismo favor que ella le había hecho antes. Se situó detrás de su hermana y no sólo le acarició el clítoris sino que extendió el alcance de sus roces a los pechos. De vez en cuando pasaba la cabeza hacia delante para chuparle un poco los pezones, lo que era complicado por lo mucho que botaba. Así los tres, sudando, gritando, gimiendo, Jorge alcanzó el segundo éxtasis de la noche, y Amanda el cuarto o quizás el quinto. La alumna se salió de él, y se tumbó a su lado, junto a Vero. Jorge las besó a las dos suavemente en los labios, y ellas también se besaron, y permanecieron un par de horas dormitando sobre el sofá cama.
    
    Al despertar, Jorge se visitó y las chicas se quedaron recogiendo un poco el piso. Amanda y Vero le despidieron amablemente en la puerta con un "hasta el viernes" que recordó de pronto a Jorge sus obligaciones como profesor. Para él, aquellas gemelas estarían siempre asociadas al sábado por la noche.
    
    Las clases acabaron cinco semanas después. Pese a los denodados esfuerzos de Jorge, que siguió tirándoselas y viviendo en su particular edén de sexo gemelar cinco sábados más, Amanda y Verónica suspendieron el examen final. Sin embargo, eran chicas con recursos, o al menos eso pensó el profesor de inglés del instituto mientras las veía desvestirse con la boca, tumbado en el sofá cama de aquel estudio tan coqueto en el que le habían citado para hablar de las ...
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