Nines II
Fecha: 27/12/2020,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
CAPÍTULO 2º
Nines entonces me soltó, quedándose quieta, callada, unos momentos. Luego, habló, rebatiéndome cuantoo le dijera.
No es tan tarde, Antonio; apenas las siete y media. Siempre prolongamos la velada vespertina hasta cenar juntos por el Madrid antiguo, ¿Qué te pasa hoy? ¿Tanto te ha molestado que te bese?
No, no es eso, Nines; ¿cómo van a molestarme tus besos? No; en forma alguna… Realmente, no lo sé; no sé a qué vino esa reacción mía…
La verdad es que ya lo creo que lo sabía, sencillamente, que me estaba gustando demasiado y me entró miedo; mucho, mucho miedo; miedo de mí mismo, de lo que pudiera hacer, hacerle. Y no sólo besándola, pues, efectivamente, la tentación era muy, muy fuerte, con el Diablo campando a sus anchas por toda mi humanidad, mi masculina naturaleza. Entonces, lo que pasó es que ella, Nines, rompió a reír, diciéndome
Bueno Toñito; dime… Pero con la verdad, ¿he?; sin mentiras… ¿Te gustó? ¿Te gustaron mis besos?
¡Dios, Dios, Dios!... Y, de nuevo, la mula de vuelta al trigo, con Nines tentándome por lo fino; fino, fino, filipino.
¿Por qué no lo dejamos, Nines?… No insistamos en esto, estas cosas, que pueden tornarse muy, muy peligrosas
Pero no me has respondido; me evitas, no me quieres dar la cara. ¿No será eso lo que te pasa, lo que te pasó? Que mis besos te gustan; te gustan demasiado, y eso te asusta; le tienes miedo
Nines me miraba sonriente; sí, lo sabía; sabía que era así, que me había descubierto. Que no sólo es ...
... que sus besos me gustaran, sino que ardía en deseos de besarla. Yllegar con ella más allá, mucho, muchísimo más allá de los besos, por apasionados, sensuales, que éstos pudieran ser. Y, curiosamente, fue entonces cuando ella calló para, enseguida, decir
Si; creo que tienes razón y mejor será irnos… No tentar más al Diablo que, a saber, hasta dónde podría llevarnos.
Y, sin más, empezamos a bogar rumbo al embarcadero. Nos bajamos dejando allí la barca, pero desistimos de lo de “cada mochuelo a su olivo”, conviniendo ambos en que, para tal cosa, era demasiado pronto, temprano, todavía. Así que subimos por paseo de México a la Plaza de la Independencia/Puerta de Alcalá y de allí, por tal calle, a la Puerta del Sol y su aledaña zona de las añejas tabernas madrileñas: “Casa Labra”, con su bacalao a la romana; “El Abuelo” y sus gambas a la plancha, de incontestable precio; “Casa Alberto”, de 1827 y ambiente muy taurino, con su rabo de toro estofado, su calamar y su sepia a la plancha; y, cómo no, el “Mesón del Segoviano”, en la Cava Baja, y sus sopas de ajo, el queso manchego, inmejorable, los champiñones al ajillo, la tortilla de patatas y esas guitarras colgando de las paredes, a disposición del cliente que quisiera, se atreviera, a rasguearlas, hoy día extinto, reemplazado por el actual “Casa Lucio”, por D. Lucio Blázquez, que empezó trabajando de botones en el Mesón y por los años 70 lo compró, llamándole como es conocido hoy día, “Casa Lucio”.
El tiempo, semanas, meses, ...