Nines II
Fecha: 27/12/2020,
Categorías:
Erotismo y amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... siguió con su imperturbable curso, con Nines acudiendo sin faltar un solo día a nuestra semanal cita de sábados, domingos y festivos. De aquello, lo del “me quieres, no me quieres” de aquél casi infausto día, sábado o domingo, ya no recuerdo bien, no se volvió ni a rozar Y así, nos amaneció, ya en Junio, el día que, al fin, Nines me dio la noticia del fin del curso universitario 1962/63.
No fue en fin de semana, sino un pragmático miércoles 26 de Junio que, a primera hora de la tarde, las cuatro, cuatro y pico, me llamó al cuartel, urgiéndome en que necesitaba verme esa tarde, y sin falta. Pero se daba la “pugnetera” casualidad de que yo, ese día, precisamente, estaba de guardia, luego mala cosa eso de vernos, Nines y yo. Pero también se daba la ventura de que, como oficial guardia estaba el teniente D. Rafael López Mandillo, una excelente persona, de antiguo conocido mío, de mi periodo de Instrucción en el cuartel del Regimiento de Infantería Covadonga nº 5, dándose además la coincidencia de haber militado bajo sus órdenes directas, al formar parte de la 1ª Sección, que él mismo mandaba; luego acudí a él y, mire usted por donde, en un pis pas, todo arreglado.
A las siete de la tarde Nines estaba en el patio de Armas y yo con ella algún que otro segundo más tarde. Las premuras que Nines se traía era que ya había terminado el curso con las notas finales, que, dicho sea de paso, habían sido francamente buenas para ella, ya que tenía aprobados todos los créditos, sin ...
... quedarle nada “para Septiembre”, con todo el verano libre para descansar y divertirse, que lo cortés tampoco demerita lo valiente. En fin, que la cosa estaba en qué hacíamos, de cara al verano, pues yo todavía me debía a la Patria
Tú todavía tendrás que esperar un poco para poder irte, ¿verdad? ¿Cómo cuanto crees?
Lo cierto es que me había quedado roto, perdido, cuando supe que el curso académico había acabado y, en consecuencia, todo había terminado, que ya no había motivo, justificación alguna, para seguir viéndonos; seguir viéndola cada sábado, cada domingo, cada festivo… cada… Todavía aturullado, empecé a responderle
Pues no sé, pero no creo supere el mes… Aunque, me digo. ¿Y a ti qué puede importarte que me licencie antes o después?; ¿que tarde más, tarde menos en dejar de ser soldado? Por circunstancias que mejor no recordar, tú y yo acordamos algo, algo que hoy, al acabar tú el curso, queda sin efecto ¡Se acabó! ¡Sa finí! Luego, desde hoy, desde ahora mismo, cada cual por su lado. Tú te vuelves al pueblo, con tus padres, tus amigos, tus amigas; a tu vida de siempre. Y estos meses pasados conmigo, sólo son un ligero paréntesis en esa tu vida normal.
Me levanté, dispuesto a despedirme de ella; despedirme para siempre, siempre jamás. Por dentro iba destruido, aniquilado ¡No volvería a verla! Aquellas tardes de sábado y domingo, tan entrañables, tan íntimas, nunca, nunca más volverían. Sí, por dentro iba anonadado del todo pero por fuera tratando de pisar firme, ...