1. Tres días en Rabat


    Fecha: 28/12/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... no presagia nada bueno para mí y recibo otros dos fuertes correazos en el pecho. Cómo duele.
    
    —No pegues en la cara a ese cabrón. Dentro de pocas horas tienen que parecer turistas normales que salen de excursión
    
    La joven le hace caso al jefe, porque los siguientes azotes los recibo en la espalda. Seis, siete, ocho, espaciados, fuertes, duros, haciendo mucho daño.
    
    —Nooo, basta ya, basta, no le pegues más
    
    El grito de Chusa me sobresalta y también sorprende a nuestros captores durante unos segundos, después los tres se echan a reír y el más joven levanta a mi mujer tirando del pelo, la obliga a apoyarse en el respaldo de uno de los sillones doblada por la cintura y el culo en alto, de manera que penetra sin problemas el coño a su alcance. Se sujeta en la cintura y le da una follada rápida, fuerte, dura, con muchas ganas.
    
    El hombre de más edad se dirige hacia Amina, se besan en la boca durante unos segundos, comiéndosela el uno al otro en plan guarro, goteando saliva, y se sientan en el sofá, con la joven puesta encima penetrada por la gran polla del jefe. La joven se mueve como una coctelera, arriba, abajo, adelante, atrás, derecha, izquierda, en círculos, … deprisa, sin pausa alguna, se está pegando una follada salvaje que dura varios minutos; de repente se para, habla en voz alta en árabe, tres o cuatro frases cortas, y da un grito, fuerte y largo, hasta que se derrumba sobre el sofá. El hombre no se ha corrido, me mira, mira hacia donde están follando Chusa y ...
    ... el otro tipo, se ríe a carcajadas y se dirige, tocándose la polla, hacia la pareja.
    
    El que está follándose a Chusa eyacula como un surtidor, dentro del coño y también sobre el culo y la espalda de la mujer rubia. Se aparta cuando llega a su lado el otro hombre, que se queda mirando unos momentos y enseguida comienza a tocarle el chocho a la rubia, a sacar la lefa y llevarla hasta el culo, a extenderla por la raja y a meterle los dedos en el ano bien pringados de la leche del otro hombre. Mi mujer se queja y pide que la dejen en paz, solloza, grita, y consigue llevarse varios duros correazos en la espalda, propinados por la mora.
    
    —Puta rubia, ¿crees que no voy a darte por el culo?. Sujétame a la zorra, que no se mueva
    
    Intento dar un paso hacia delante para acercarme, pero Amina me enseña la pistola que tiene en la mano, sonríe, me obliga a ponerme de rodillas con las manos en la nuca y me coge del pelo.
    
    —Tu sólo a mirar, buey, aprende a ser hombre
    
    Chusa se queja y llora, aunque no intenta resistirse. El hombre más joven la tiene sujeta de los hombros y el otro empuja varias veces intentando penetrar el culo. Por fin, logra meter el capullo, lo que provoca un grito de dolor de la mujer, y empujando de manera constante entra toda la polla, entera, hasta donde llegue ese ariete largo y grueso.
    
    De vez en cuando mi mujer y yo tenemos sexo anal, pero no se la meto con facilidad, mi polla es grande, pero no es un pollón como el del tipo que se la está follando ahora, ...
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