35.3 La cruel realidad
Fecha: 23/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... a su boca apurando el contenido de un trago.
Se frota las manos, envuelve la una en la otra y se las lleva a la boca, muerde con fuerza sus pulgares.
-Me ha suplicado que le ayudemos a marchar. –me sacude un estremecimiento de horror, Gonzalo habla como si la decisión estuviera tomada y decidido todo. Sin que yo intervenga continúa al cabo de un momento.
-Los médicos están de acuerdo, en poco tiempo será solamente un vegetal, tendrán que tenerle continuamente dormido y quiere irse con dignidad.
Tiene que haber llorado mucho, y ahora seguramente el dolor sea tan grande que le impide derramar una lágrima. Siento un nudo que aprieta mi pecho, me hubiera abrazado a él para compartir su dolor, arrancárselo, hubiera sido mejor y llorar unidos hasta sacar esta congoja que tengo. Pero simplemente bebo, como antes ha hecho él todo el contenido de la copa y me quedo en silencio, mirando sus manos que se aprietan entre sí para evitar su temblor.
Me adelanto a pagar la nota y le acompaño hasta localizar un taxi para que le lleve a su casa y yo vuelvo al hotel.
Subo a mi habitación y no tengo ganas de comer en absoluto, si hubiera ingerido algo mi cuerpo lo hubiera rechazado, pensé en llamar aNico y darle las malas noticias pero no me atreví ya habría otro momento.
¿Qué pude pensar esa noche? Nada. Todo era recordar los momentos vividos a su lado y cuando terminaba volver otra vez a repasarlos, y llorar, y llorar, y llorar hasta quedar extenuado, liberado por el ...
... cansancio y el sueño.
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Sábado
Había quedado con Gonzalo en pasar por la residencia de sus abuelos a media mañana, sería poco el tiempo que podría estar con Ál pero él le había pedido expresamente que quería verme. Le habían trasladado del hospital, quería estar sus últimos días rodeado del cariño de los suyos. María y Raúl estaban en Londres y también había venido su padre, por una vez y cuando nos iba a dejar se acordaba de que tenía un hijo. Excepto sus tíos y Ana tenía a su toda su familia en la ciudad.
El taxi atravesó el parque que rodea la casa, la verja estaba abierta, como indicando que tenían muchas visitas y el servicio de seguridad no detuvo al taxi, el mayordomo me abrió la puerta y antes de que pudiera hablar hizo su aparición Borja. No me pareció nada raro encontrarlo allí habría ido a despachar asuntos de España con Gonzalo y su abuelo, después de saludarnos me llevó a una sala que ya conocía y me pidió que esperase un momento a que Gonzalo viniera.
Antes que él llegó su abuela con María y Raúl, abracé a la anciana dama y luego nos fundimos en un triple abrazo lleno de emoción y en silencio.
Fueron unos minutos de tensión donde nadie quería tocar el tema que nos tenía reunidos, la abuela de Gonzalo me preguntó por mis padres en una clara intención de romper el terrible silencio hasta que su nieto apareció.
Me llevó por el pasillo que conducía a las habitaciones traseras, cercanas a la otra puerta de entrada, en el hall de acceso ...