1. El Día que fui Sumisa


    Fecha: 27/10/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... habitación y fuimos hacia allí. Omar cerró con seguro la puerta, yo me senté a un lado de la cama, estaba un poco nerviosa. Prendió la televisión, puso el canal para adultos (creo que era el Venus TV). Comencé a calentarme viendo las imágenes. Luego vino hacia mí, se sentó a mi lado, puso sus manos sobre mis hombros, y comenzó a besarme por el cuello, las mejillas y la boca. No me resistía.
    
    Poco a poco, fui sintiendo una sensación indescriptible por todo mi cuerpo, mis labios le decían a Omar: ¡no sigas, soy casada, ya basta,...! pero mi mente decía: ¡sigue, no pares! Omar siguió, fue bajándole el cierre a la casaquilla negra de tela traía puesta, comenzó a tocarme el pecho, aun puesta el polo verde limón que llevaba, me hacía sentir en las nubes, aunque de mi boca seguía saliendo palabras que le decían: ¡para ya, ya no siga, soy casada, esto está mal...!. Yo me sentía como hechizada ante Omar, me dejaba besar y tocar por él.
    
    Omar me saco la casaquilla, me saco el polo verde limón que llevaba puesto, me quede solo puesto el sostén rosado que tenía. Siguió besándome desde la boca, el cuello, el pecho. Luego se puso detrás de mí, fue besándome el cuello, las orejas y fue bajando por mi espalda, tocándome con sus manos mis pechos y fue bajando poco a poco por mi espalda. Yo no reaccionaba.
    
    Me puso de pie de la cama, y él, detrás de mí, me besaba y recorría mi cuerpo, yo sentía como una corriente que recorría mi espalda. Luego me dio la vuelta, nos quedamos frente ...
    ... a frente mirándonos, él comenzó a desabrochase su camisa de color plomo que llevaba puesta, se la sacó y quedó al descubierto su pecho.
    
    Luego me tomó entre sus brazos, beso mis labios, hasta que pude sentir su lengua y el calor de sus labios. Después, me tumbo a la cama, yo sin palabras, solo con la respiración agitada; comenzó a recorrer mi ombligo, desabrochó el botón de mi pantalón jeans, me beso el ombligo y sus manos frías fueron tocando mi piel hasta llegar a mi sexo.
    
    Me quito los zapatos, las medias, luego me sacó el pantalón, quedándome puesta solo mi calzón rosado como mi sostén. Yo echada en la cama y con las piernas fuera del borde de la cama, me sentía en las estrellas, Omar, se sacó los zapatos, desabrocho la correa de su pantalón negro de tela que llevaba puesto, quedándose solo con una trusa negra. Luego se echó encima mío, me beso los labios y me dijo que si le gustaba, yo asenté con la cabeza diciéndole que sí, haciéndole entender que ya era suya.
    
    Se levantó de la cama, me pidió que yo también me levantara (me sentía como un títere, lo que me decía, lo hacía y no me oponía). Me pidió que me arrodillara, y puso frente a mi rostro su sexo.
    
    Me dijo: ¡Ariana, ya sabes lo que tienes que hacer! Comencé a tocar su pene con mis manos, le baje la trusa, y aunque no quería hacerle sexo oral, llevó su pene hacia mi boca, estaba erguida, me dijo que se la chupara, yo obedecí.
    
    Comencé manoseando su verga con mis manos, luego lo lleve hacia mi boca, fui ...
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