Néstor
Fecha: 05/03/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
Continuación de “La infausta cena”.
******
Dos pensamientos corrían por mi mente esta tarde del martes. Habíamos acabado de comer; hoy todo ha sido más normal. Habíamos regresado después del baño en la piscina a casa y me tumbé en la cama para poner unos correos y unos whatsapp a mis amigos más “guasaperos”. Gaspar me había dejado en casa y siguió el camino hacia la suya en el coche y solo me dijo “te llamo o vengo”. Hemos comido temprano en casa del tío Paco, a quien hemos acompañado mi papá y yo. Tío Paco se fue a su habitual siesta, mi padre tenía que hacer unos asuntos, pero antes se interesó por mí.
—”¿Qué tal os fue ayer?, dijo con los ojos muy abiertos.
—”Bien, fue divertido, pocos chicos, muchas chicas y bastante tontas”, contesté.
—”¿Cómo es eso?”, preguntó.
—”Ya, tú sabes; son pasivas, hacen jueguitos y esperan que los chicos las distraigamos haciendo lo que ellas quieran...”
—”Pero..., me parece que tú eres difícil de domar y… de Gaspar... creo que lo mismo”, interrumpió acertadamente mi padre.
Luego me dijo que ya estaba todo casi acabado y en notaría para hacer escrituras, pero previamente a las firmas tenía que explicarme todo muy detenidamente, para que le diera mi parecer. Y por más que le dije que yo no sabía nada de todo lo que estaba haciendo, me dijo que hablaríamos juntos y luego con tío Paco y, según eso, él ya dispondría ante notario los retoques finales. La verdad es que me dejó por un momento intrigado y solo ...
... pregunté:
—”Pero..., ¿va todo bien?
—”Nunca ha ido mal, pero quiero que vaya mejor, me contestó y se fue a su habitación diciendo que tenía que revisar unas cosas antes de que se levantara de la siesta tío Paco, porque luego iban a ultimar unos detalles.
—”¿Tienes algo que hacer esta tarde?”, preguntó.
—”Esperar a Gaspar”, respondí.
—”Bien, no te pregunto cómo lo estás pasando, porque se te ve en la cara; me parece que te diviertes bastante... ¿sí o sí?”, dijo sonriendo.
Nos reímos un momento para despedirnos hasta la noche. Yo me senté en un sillón esperando que llamara o viniera Gaspar. Lo que me estaba apeteciendo es ir otra vez al río. Hacía calor y no se podía pasear por ninguna parte, lo único que valía la pena era estar en casa a la sombra o irse a bañar porque se notaba menos el calor. De momento abrí la novela que me traje para leer algo. La había dejado en el comedor para entretenerme con ella si había que esperar para algo. Pues en eso estaba. Abrí la señal y me encontré en la página 96. Le di la vuelta al libro pensando que el número se convertiría en un 69. ¡Mierda! ¿Cómo había sido tan torpe? Pero así y todo lo hice varias veces y siempre me daba 96. ¡Joder con los números! Es por eso que no le toca a todo el mundo la lotería, porque los números son juguetones. Luego me entretuve en la siguiente página y peor, porque el 97 con la página vuelta al revés no es ningún número, tanto es así que mi ordenador es incapaz de poner el 97 al revés si no es con un dibujo. ...