1. Néstor


    Fecha: 05/03/2021, Categorías: Hetero Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... genial; jamás me imaginaba que se podía disfrutar tanto”, respondió.
    
    —”Mañana no puedo, —le dije— pero el jueves quedamos, creo que en mi casa podemos merendar los dos y luego pasamos a la segunda lección, ¿te parece?”
    
    —”Genial”.
    
    Los mellizos no parecían desesperados, se habían entretenido entre ellos, pues tienen muchas habilidades. Habían entrado en un bar de la gasolinera y se habían refrescado con unas coca-colas. No hicieron ni el más mínimo comentario a lo nuestro, ni cosa alguna preguntaron.
    
    Subimos jugueteando al coche con amena charla, dejamos a Néstor en la puerta de su casa que no dudó en darme un beso de despedida:
    
    —”¡Hasta el jueves!”, dijo secamente.
    
    —”Hasta el jueves, guapo”, respondí.
    
    Luego, mientras me llevaban a casa, les comenté lo del jueves y solo Gaspar dijo:
    
    —”¿Va en serio?”
    
    —”Solo para enseñar y ayudar a descubrir; mi objetivo está en otra parte, pero es un absoluto secreto, que de momento no declararé ni por todo el oro del mundo.”, dije tan tranquilo y firme que no hubo más preguntas.
    
    Frente a mi casa bajamos los tres del coche. Me abracé a los mellizos, a los dos a la vez y les di un beso a cada uno. ...
    ... Fui correspondido de la misma manera. Me esperé a que se fueran. Antes de entrar en casa, me brotaron unas lágrimas en los ojos. Mucho ha sufrido Néstor y necesitaba mi ayuda.
    
    Entré a la casa y no había nadie, pero la luz de una lampara de pie estaba prendida, así que busqué a ver si había alguien, no vi a nadie y me fui a mi habitación. Sonó mi móvil. Era Gaspar:
    
    —”Dúchate, Jess, que hueles a semen podrido”, me dijo y escuché un golpe de risa que, sin lugar a dudas, debía ser de Fernando.
    
    Me fui a duchar. Pensaba hacerlo. Como siempre en la ducha me la casqué y me lavé bien mi polla. Al salir de la ducha, escuché un ruido en la casa. Estaba desnudo pero me asomé:
    
    —”¿Pasa algo?”, pregunté.
    
    —”Nada, soy yo; voy a cerrar la puerta”, era tío Paco.
    
    —”Gracias, abuelo”, dije lo de “abuelo” intencionadamente y muy agradecido.
    
    —”Buenas noches muchacho, y no tengas prisa en levantarte”.
    
    —”De acuerdo; buenas noches”.
    
    Me dormí pronto, sobre la cama, desnudo. No tuve tiempo a meterme dentro de las sábanas. En mi sueño estaba Néstor y en la sombra…, en el sombra estaba él, pero… no sabía…, no sabía…, no sabía...
    
    Continuará con: El Castillo. 
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