1. Un romance extraño (2)


    Fecha: 07/03/2021, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... ambrosía de dioses. Apartó, al fin, ella sus labios, su boca de la de él, para susurrarle al oído, tierna, pero apasionada, candente de amor encendido, a la vez, de ardoroso deseo de la mujer enamorada por el hombre que la enamorara, deseosa de amar y ser amada en la absoluta fusión de sus cuerpos, de sus almas
    
    —Y decía que buscaremos un abogado porque desde ya, tú y yo, ya no somos ni tú, ni yo, sino nosotros, y sólo eso, nosotros; juntos desde ya, desde ahora mismo, y para siempre… Porque juntos, viviendo juntos, en pareja, haremos lo que haya que hacer para, en verdad, ante Dios y los hombres, seamos marido y mujer.
    
    Volvió a besarle, a morrearle, bien morreado, añadiendo la guindilla de la manita tonta de ella, dejada caer, como al desgaire, hasta hacer contacto con lo más noble. Y por ella deseado de la masculina anatomía de él que, si ya estaba bastante “despierta”, no veáis qué esplendor adquirió “aquello” al segundo
    
    —Raquel, Raquel, no sigas, no me hagas eso o ya no respondo… Y te violo; te violo aquí mismo
    
    Raquel se rio con ganas, para responder
    
    —¿Me violarías?... Y, ¿lo harías hasta aquí mismo?...
    
    —Pues que no te quepa duda que, si sigues con estas “maniobras”, lo haría; vaya que sí que lo haría; palabra de “Hombre de la Mancha” … De Quijote manchego con alto pedigrí
    
    —¡Ja, ja, ja!... Y, ¿si yo quisiera, precisamente eso, que me violes ya de una puñetera vez?... Que me hagas tuya ya, de una maldita vez
    
    —Raquel, Raquelita de alma, que la liamos; ...
    ... que la liamos de verdad…
    
    —Pues liémosla; lo estoy deseando, mi amor; pero deseándolo de verdad…de verdad de la buena. Me tienes loquita; loquita del todo amor; pero del todo… Y muy, muy calentita ¿Me dejas que te lo diga más claro… Que te diga que me tienes… (bajó la voz, para apenas ser un susurro en el oído de él) muy, muy cachondita; ¡cachondita del todo, amor!... Mojadita; muy, muy mojadita. (Y, aunque pareciera imposible, afinó aún más el susurro, hasta hacerlo casi inaudible, al seguir vertiendo en el oído de él) Vamos, mi amor; no perdamos más tiempo. Subamos a una habitación, en este hotel o cualquier otro… Eso sí, cercano, porque no puedo más… No puedo aguantarme más, esperar más tiempo a ser tuya, y que tú seas mío. Disfrutemos ya, mi vida, de nuestro amor, nuestro cariño…
    
    Entonces, cuando el Celes había ya olvidado, superados, sus prejuicios, sus tabúes, el puñetero Satanás, o, puede, que el Angelito de la Guarda, vino a jorobarles el plan tan bien pergeñado y listo a realizarle
    
    —¡Hombre, Celestino, mi querido canijo del Tomelloso, nuestro pueblo!
    
    —¡Jorobar, Paco; que ya está bien con lo de “canijo”!...
    
    Sí; era el mismísimo Paco; sólo que sin “guina” (boina), ni abarcas, sino de lo más elegante, vistiendo un conjunto de americana y pantalón muy, muy, a lo “inglés”, con la chaquetita la mar de “molona”, en color caldera, casi tirando a rojo mate, pantalón azul oscuro, sin llegar a marino, camisa blanca de puños vueltos, con gemelos, incluso y corbata ...
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