1. Los Pastrana y los Salvatierra


    Fecha: 13/03/2021, Categorías: Confesiones Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... Emilito si podía acompañarla.
    
    Emilito todo orgullo no lo dudo y dio gracias a Dios que había pedido prestada la furgona a Zacarias siendo una suerte que a la mañana siguiente la necesitara para trasladar los cerdos de su padre a otra pocilga.
    
    Emilito arrancó la estridente furgona con Adela a su lado no sin antes dar un rodeo por el vasto pueblo para pasear su gloria ante la gente, si bien vienen dadas las siguientes estrofas de un poeta local de estos lugares.
    
    Cuando los mil contarás
    
    con los trescientos doblados
    
    y cincuenta duplicados,
    
    con los nueve dieces más,
    
    entonces, tú lo verás,
    
    mísera promiscua, te espera
    
    la calamidad postrera de tu
    
    amo y tu señora y tendrá
    
    entonces su fin tu mayor gloria
    
    primera.
    
    Una vez en el camino Adela estiró las piernas blancas en el salpicadero con la falda levantada al mismo tiempo que decía “para cuando puedas“. Dicho comportamiento era debido a que el personaje –Emilito- no tenía más recorrido ni daba más de si, por eso opto por desabrocharle la bragueta y aplicarle una generosa mamada no sin antes de montarlo succionarle sus testículos colgantes y peludos. Lo montó igual que si hubiera montado un consolador: arriba, abajo, al centro y para adentro, estaba excitada y con ganas de macho; Emilito le estrujaba las nalgas y se contenía con bufidos, y es que Emilito era de corrida rápida, por eso poco después de que Adela se viniera en un squirting por sus ganas de macho, Emilito deslefara dentro de su ...
    ... vagina — los metes sacas de ella al montarlo, y ver su verga mojada, así como esos labios vaginales subiendo y bajando le fue superior — para después ella en un acto de impaciencia pasará al asiento del copiloto — al mismo tiempo que dejaba flujos de su vagina así como el semen de Emilito sobre el asiento — y le dijera que se apresurara, que ya le indicaba el camino sobre la marcha.
    
    Al día siguiente Zacarias Pastrana hallábase en el almacén, sin acertar a poner la mente en el trabajo cuando llego la ansiada furgona que había prestado al Emilito. A través de sus dos empleados había sido informado que, Emilito paseo una morra por el pueblo y, se jactaba “que se la había cepillado“. Emilito bajo apresurado y excitado exclamando:
    
    — ¡Me la cepillé! ¡me la tiré en la furgona!
    
    — Ya me lo han contado, que vas alardeando de ello so cabrón, ¿quién era la jamelga? — pregunto Zacarias.
    
    — ¡No te lo creeras! ¡la hija puta se corrió a chorros! ¡me la tiré sin forro! ¡una cacho puta de hostia! ¡la hija puta…! ¡la cerda es la criada de los Salvatierra! ¡la dejé en el camino que lleva a su mansión! ¡la hija puta es la criada de los Salvatierra! ¡me la tiré! ¡la jodí! ¡¡Aún está su puta corrida sobre el asiento!! ¡¡la hija puta me la tiré!! ¡¡es la criada de los Salvatierra!!
    
    — Cálmate y cuéntamelo todo despacio, hijo puta, esto me interesa… — dijo Zacarias.
    
    Adela fue mirada con resquemor por su ausencia de la tarde noche anterior por parte de don Luis procurando no exteriorizarlo ...
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