1. Cerezas (Primera parte)


    Fecha: 28/04/2021, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Blue slifer, Fuente: CuentoRelatos

    ... pezones erectos, como solo ella sabía hacerlo, me hacía creer que llegaría al orgasmo.
    
    —¿Acaso crees que solo tú mereces placer? —Apuntó Vero— Tú estás aquí para complacernos a nosotras.
    
    —Tienes razón Vero, es momento de que nosotras recibamos lo propio.
    
    Sentirme así, usado, sometido, a expensas de dos hermosas y celestiales chicas, rudas y sexys como ellas, no hacía más que excitarme aún más, lo que provocaba que mi pene se endureciera al máximo, llegando al límite de su capacidad; y pude ver como Mell había notado eso.
    
    Ambas chicas dejaron sus faenas respectivas y esta vez tomaron posiciones distintas. Mell se montó encima de mí; por un momento pensé que me haría penetrarla, es más, ¡yo quería penetrarla!, ¡quería estar dentro de ella!, ¡quería sentir esa linda y rosada vagina alrededor de mi pulsante pene!, sin embargo ella solo sonrió y dijo:
    
    —Aún no amor, aún debes darme más placer a mí.
    
    Entonces se montó encima de uno de mis muslos, y comenzó a restregar su vagina en él. Pude sentir sus húmedos y rosados labios vaginales ir y venir adelante y atrás sobre mi muslo izquierdo.
    
    —Ahhh, Mell, ¡qué exquisito es eso!
    
    —¿Acaso te has olvidado de mí? —agregó Vero— ¡eso no te lo voy a permitir!
    
    Acto seguido ella se subió encima de mi rostro, poniendo sus hermosos labios vaginales sobre mi boca, y dejando que la punta de mi nariz rosara su pulsante y sexy ano, pude entonces alcanzar a ver ese diminuto y sexy lunar que tenía justo en la línea divisoria ...
    ... de las nalgas, aquel pequeño lunar que solo era visible cuando separabas ligeramente las nalgas de Vero, como yo lo había hecho innumerables veces, ese pequeño detalle que solo yo conocía de su cuerpo, y que tanto adoraba. Siempre me había encantado besar ese diminuto puntito café, y restregar mi pene en él justo antes de penetrarla profundamente por su ano, sin embargo este día era diferente, este día no estábamos solos, y yo solo podía lamer su vagina, mientras era flagrantemente usado para darle placer a otro hermoso cuerpo femenino. En vista de eso, me dispuse entonces a utilizar mi lengua para complacerla como solo yo sabía que a ella le gustaba: besando su vagina suavemente, dándole ligeros mordisqueos de vez en vez a su clítoris. Utilicé entonces mis manos para recorrer las hermosas curvas de Vero, mientras ella no dejaba de jadear y de moverse sobre mi boca. Mis manos recorrieron sus senos, estrujándolos y tocando, como podía, sus erectos pezones, pasando por la parte baja de su pecho, su cintura, su depilado pubis, hasta llegar a sus muslos. No podía ver nada que no fueran las hermosas nalgas de Vero, con su pulsante ano abriéndose y cerrándose de placer, (o tal vez esto último lo hacía ella a propósito porque era, exactamente, lo que siempre me encantaba ver) pero por los sonidos que llegaban a mis oídos pude deducir que Mell y Vero estaban tocándose una a la otra. Mell no dejaba de masturbarse en mi muslo, dejándolo húmedo y resbaloso con sus fluidos vaginales, ...
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