Por fin llegó el momento tan deseado
Fecha: 27/05/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Tentado, Fuente: CuentoRelatos
... apretados… Una vez que la sintió dentro, abrió sus ojos y me miró con una media sonrisa pidiéndome en silencio que la hiciera gozar… Comencé a penetrarla suavemente, pero sin detener mi ritmo, la tomé de los muslos mientras ella se apretaba con fuerza los senos y halaba sus pezones… Así estuvimos unos minutos hasta que recordé que Mary me había comentado en una ocasión que nunca había tenido sexo anal cabalgándolo, así que me acerque a su oído y, sin detener mi cadera, le susurre que la quería encima de mí.
No lo pensó ni un segundo y me dijo que también lo quería… Así que me tendí en la cama con las piernas extendidas, se subió de frente a mí, tomo ella misma mi pene y lo dirigió a su ano que seguía lubricado y lo presionó con el peso de su propio cuerpo y no se detuvo hasta que lo sintió completamente dentro de sí… Luego se inclinó sobre mi pecho, me dio un beso muy apasionado y sin quitarme la mirada de encima comenzó a moverse lentamente metiendo y sacando mi pene a su gusto, al ritmo y a la velocidad que más le hiciera gozar… La tomé de la cintura ayudándola a subir y bajar poco a poco Su trasero apretaba mi verga haciéndome gozar como nunca y lo mismo me decían los gestos de su cara, así como sus gemidos…
– Podría estar así todo el día, y toda la noche haciéndolo contigo… Me dijo…
Me incliné un poco hacia adelante y tomé con mi boca uno de sus senos y con mis manos sus nalgas las cuales apreté como buscando más espacio para mi verga dentro de su hambriento ...
... culo… Esto pareció encenderla más ya que aumentó el ritmo de sus movimientos mientras me decía que no parara, que se los chupara, que la apretara, que la poseyera con fuerza… Esas palabras me enloquecieron, así que unos minutos después me solté y la tendí boca abajo justo en la esquina de la cama con las piernas colgando y el trasero abierto hacia mí… Me incliné sobre ella, sus nalgas estaban completamente separadas, comencé a lamerle tanto la vagina como el clítoris y el orificio anal, sorbía sus flujos y la penetraba con mi lengua para dejarla bien húmeda.
Ella enloquecida me decía:
– ¡Ya, ya… Penétrame yaaaa… hazme tuyaaaa… ya, ya por favorrr!!!!!
Cuando consideré que tenía suficientemente lubricado el trasero y totalmente enloquecida la mente, me incorporé y perforé nuevamente ese rico culito que tenía frente a mí… Esta vez no hubo contemplación… la penetré con fuerza… Sin pausas… Una y otra vez… Le di un par de nalgadas… Y ella decía:
– Si, así dame duro… Házmelo con fuerza… ¡Me encanta tu pene!!!!
Mi cuerpo se aplastaba completamente contra el suyo en cada embestida, luego volvía a salir casi por completo y entraba nuevamente con fuerza hasta el fondo lo cual Mary agradecía con gemidos, escalofríos y orgasmos múltiples que le inundaban el cuerpo una y otra vez…
Esa posición era espectacular… Podía penetrarla profundamente, podía acariciar su cuerpo, podía ver sus reacciones, podía darle todo el placer que ella quisiera… Pero llegue a un punto en el que mi ...