1. Alberto


    Fecha: 06/06/2021, Categorías: Infidelidad Autor: nexdelca, Fuente: CuentoRelatos

    ... saber que él también de alguna manera se había estimulado con mi cuerpo desnudo. Habíamos empezado un tácito juego de nudistas.
    
    Me vestí con nervio y torpeza en el baño. Solo me puse mi bóxer y corrí la cortina para salir despacio con la toalla colgando en mi cuello. Mi respiración se paró de un tajo. No podía creer lo que veía y tampoco sabía qué hacer. Me quedé paralizado. Alberto estaba acostado en sentido transversal en la cama inferior con la cabeza apoyada en la almohada pegada a la pared. Sus piernas estaban abiertas y su calzoncillo gris de elástico negro estaba abultado por la erección de su miembro. Me miró de frente con una penetración y seguridad asustadora.
    
    ¿Qué haces?, pregunté con voz quebradiza y falsa, mas por decir algo que por preguntar. Nada, no pude evitar ponerme duro cuando te vi desnudo. Me respondió con una seguridad absoluta y descaro implacable. Yo no supe que responder o hacer. Le miré el bulto y luego su rostro seguro. Sus ojos brillaban y con sus dientes mordisqueaba su labio inferior. Era un gesto morboso, provocador y descarado. Mis piernas temblaron y mi corazón no me dejaba escuchar el ruido de la noche. Me puse rojo como un tomate y no podía moverme del vano de del acceso al baño. El se levantó con lentitud sin dejar de mirarme a los ojos. Caminó hacia mí con el cuidado que hacen los cazadores en el bosque para no hacer ruido y evitar que su presa hulla. Miró mi hacia mi sexo mientras avanzaba. Su mano se posó con delicadeza en mi ...
    ... cintura y me dio una leve caricia. Yo solo me dejaba hacer. Con su dedo índice haló el elástico de la costura de mi bóxer negro ajustado obligándome a dar un paso hacia él. Pecho con pecho, su bulto rozó contra mi bóxer justo en la zona de mi pene todavía fláccido del susto. Su boca rosada a centímetros de la mía y su mirada varonil y penetrante transmitiendo serenidad, seguridad y confianza. Tranquilo, te va a gustar, dijo con voz jadeante y susurrando. Su rostro se acercó mucho a mi cara. Nunca antes había tenido la boca de otro hombre tan al alcance de mis labios. Nos quedamos quieticos transpirando alientos vencidos con los labios entreabiertos sin mover nuestras cabezas. El beso quedó en modo potencial. Sus manos cálidas bajaron despacio por ni espalda. Alberto apretó mis nalgas por encima de mi bóxer. Luego con delicadeza sus manos se metieron entre la tela de la prenda y mi piel desnuda. Primera vez que sentía la caricia de un hombre en mis nalgas. Lo hacía con firmeza y suavidad al tiempo. Sentí mil cosas recorrer mi cuerpo. Un cosquilleo diferente desató mi erección máxima. Los miedos fueron esfumándose. Me asió hacia él. Nuestros bultos se pegaron. Su pecho se juntó al mío y el calor placentero de su cuerpo empezó a fluir.
    
    Beso. Beso firme, dulce, profundo, varonil. Caricias. Caricias suaves, estudiadas, sabias, conocedoras de otro cuerpo como tu cuerpo. Un hombre conoce mejor el cuerpo de otro hombre que al de una mujer. Sabíamos donde apretarnos, como recorrernos, ...
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