1. Imprevisto


    Fecha: 16/06/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... silencio que atentaba contra el interior del carro. Simplemente no sabíamos que decirnos.
    
    Mamá tomando en cuenta las raíces llaneras de Liliana opto por hacerle una parrilla casera que olía delicioso prácticamente desde que colocamos pie sobre el estacionamiento.
    
    Carnes asadas, yuca, tártara y picante, aquello era un manjar de los dioses.
    
    Conversamos, compartimos y nos divertimos un par de horas.
    
    - Ustedes están más jóvenes que yo, continúen sin mí.
    
    Se abrazaron y cumpliendo su cometido mi madre partió de la terraza a su habitación.
    
    Liliana y yo nos observamos con incomodidad por hallarnos a solas, se levantó y caí en cuenta que mi actitud era errónea e inútil.
    
    - No te despidas, aprovechemos lo burgués de la locación y bebamos una copa de vino.
    
    Asintió casi por inercia. Volví con un par de copas en mi mano.
    
    - Deliciosa cena – declare con glotonería, recordando los sabores.
    
    Asintió sonriente.
    
    - ¿Qué harás al tener el titulo?
    
    - Volver a mi tierra – me dijo en tono sencillo, observando su copa – aún faltan un par de semanas para ello, pero seguramente viaje antes – la mire intrigada – mi hermana esta pronta a dar a luz, es mi primer sobrino así que quiero estar allí.
    
    - Cierto que me habías comentado, la menor de las tres encargo primero.
    
    Sonreímos.
    
    - Mañana madrugo.
    
    Se levantó, imitándola cogí las llaves del auto que estaban sobre la mesa.
    
    - No te retengo más, vamos, te llevo.
    
    - Todo estuvo excelente.
    
    - Súper delicioso – ...
    ... mi gula volvía.
    
    - ¿Por qué actúas extraño?
    
    El cambio de su voz, el giro tan brusco de tema, todo me desencajo.
    
    - ¡No sé a qué te refieres!
    
    A todas estas ya nos hallábamos en el ascensor, su silencio me aturdió mientras bajábamos un par de pisos.
    
    Casi al terminar de bajar, en unos segundos violentos, se acercó y trato de besarme, en medio de mi aturdimiento solo pude tomarla de los brazos y evitarlo.
    
    - No lo hagas – poso sus ojos en mí con desafío y enojo. Retrocedió dos pasos y antes de que a mí se me o curriese algo más que decir se abrieron las puertas.
    
    Salió como alma que lleva el diablo, esa mirada ya la había visto antes, su carácter es especial todo le gusta a su manera, le desespera que no sucedan las cosas así.
    
    Pase el camino analizando por que la había detenido, está bien yo se que ni debe saber lo que quiere y no debemos caer en ese juego de confusión pero si no quería detenerla, ¿Por qué hacerlo? Ella solo miraba a través de la ventana, su rostro serio y con el ceño fruncido, apenas espero a que el carro detuviese su marcha, “estuvo hermosa la velada”, fingió una sonrisa y bajo con rapidez.
    
    Lo había arruinado.
    
    Un par de días sin saber de ella. Recibí la llamada de la jefa de su especialidad, la Doctora Dulce Montalvo, con respecto a una conversación que habíamos tenido cuando mamá estuvo hospitalizada allí. Me había comprometido a mejorar la iluminación de las habitaciones.
    
    Quedamos en hacerlo para el fin de semana, aprovechando que ...
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