1. 48.3 Apuesta ganada a la suerte


    Fecha: 16/06/2021, Categorías: Anal Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... trabajo y en su casa conviviendo.
    
    Creí que habían retrasado la cena para esperarnos a nosotros, y después de los saludos con los abuelos y Borja fuimos a nuestras habitaciones para prepararnos. Estaban los tres muy elegantes vestidos. Saludé a Wes que estaba vaciando nuestras maletas.
    
    -He escogido este traje para la cena, espero que le guste. –me señalaba un galán donde tenía dispuesto todo un conjunto de traje, bóxer y calzado, sonreí ante la exageración a la que tendría que ir acostumbrándome.
    
    Me encaminé quitándome la camisa hacia la habitación de Gonzalo y su voz me sorprendió.
    
    -Es mejor que se duche en su baño, no disponen de mucho tiempo. -me quedé parado sin abrir la puerta unos segundos, luego moví el picaporte y pasé a la de Gonzalo. No estaba en la habitación y fui hasta el baño, permanecía bajo la ducha y terminé de desnudarme en unos segundos, y me quedé detrás de la mampara corredera sin abrirla, la abrió él y me cogió del brazo.
    
    -Venga entra que se hace tarde. –comencé a frotar mi cuerpo con la esponja que él tenía envuelta en gel. Se duchaba apresurado y salimos para secarnos.
    
    -Me ha dicho Wes que me duchara en mi baño que no teníamos mucho tiempo, ¿tú crees que es necesario? -quitó la toalla de su cara y me miró.
    
    -Tienes que hacerle caso Daniel, Wes sabe lo que debe hacer en cada momento y tienes que dejarle que haga su trabajo. –le miraba sorprendido, asombrado de lo que sucedía.
    
    -¿Pero por qué estas prisas? ¿Qué es lo que sucede? ...
    ... -entonces se echó a reír.
    
    -Tenemos invitados para cenar, hay que celebrar la victoria de nuestro invencible primer ministro David Cameron, están invitados a cenar dos de sus ministros con sus esposas que vienen a agradecer la ayuda del abuelo, por eso hay tanta urgencia.
    
    La entrada de los invitados sería por la puerta principal, veía a través de las ventanas el parpadear de las luces azules de algún coche policial en la calle.
    
    Recibimos a los invitados que acudían vestidos más elegantes que los anfitriones, debían conocerse entre sí y las señoras, no muy mayores, besaron a la abuela, yo era un amigo español de la familia, así fue la presentación.
    
    En el comedor me colocaron al lado de una de las visitantes y al otro tenía a Borja que estaba como un pez en el agua entre esa gente, todos los comensales estaban dispuestos en los laterales de la mesa lo que dificultaba la conversación generalizada, imagino que era para que todos estuviéramos a un mismo nivel, aunque los señores ministros, o ministrables, que no lo sabía muy bien, se dirigían al abuelo deferentes, comentándole lo que había supuesto la victoria sin parangón en las urnas.
    
    Durante mucho tiempo no escuché otra cosa que no fuera hablar de política y los retos que ahora tenía el partido y como consecuencia el país, con los escoceses triunfantes también y el gobierno de Bruselas.
    
    No había seguido para nada las elecciones del Reino Unido, ni en realidad me interesaban, tampoco entendía muy bien las de España ...