1. El novio negro de mi hermana −2


    Fecha: 08/11/2017, Categorías: Primera Vez Autor: FOLLADORLECHERO, Fuente: CuentoRelatos

    ... en mi campanilla, para pinzar mi nariz con mis dedos y aguantar con mi cara congestionada.
    
    —Estoy pensado que me voy a quedar en esta casa una temporada…¡Uuuuufffffff! ¡Quiero que me presentes al cornudo...¡Aaaaaahhhhh! —Esto me aterró ¿Quedarse en mi casa? ¡Esto se me había ido de las manos definitivamente! —¡¡¡Me voy a correeeeerrrr¡¡¡ ¡¡¡Aaaaahhhh!!! —Dijo agarrando el plato con todas las tostadas con tomate y, no solo las de mi hermana, sino las mías también, ya que todas estaban en el mismo plato y no estaban repartidas. El muy cabrón puso el plato bajo mi boca, donde caían espesos hilos de saliva y mocos, rociándolas bien de salsa viscosa de mi cosecha —¡¡¡Ordéñame con la mano y con la otra agarra mis cojones y, apunta bien mi rabo al plato!!! —Me dijo, mientras yo dirigía su gran nabo al plato, poniéndolo sobre este, mientras yo agarraba con una mano los grandes cojones negros y pajeaba con mi pequeña mano su rabo babeante y lubricado por mi saliva, esparciendola por todo el largo miembro, haciendo su gran tamaño que mi mano pareciese del tamaño de una muñeca, deslizándola desde la punta hasta la base de los huevos.
    
    —¡¡¡Aaaaaahhhh!!! ¡¡¡Oooooohhhh!!! —Su cuerpo se tensó y su rabo comenzó a escupir potentes cantidades de semen sobre las tostadas, regándolas con pegajosos y espesos chorros hasta dejarlas totalmente cubiertas, pareciendo una especie de mayonesa cortada con grumos. Toda mi mano se llenó de corrida ya que escurrió por ella, deslizándose hasta mi ...
    ... antebrazo, realmente era un semental, esta virilidad y esta cantidad de semen era algo fuera de lo habitual.
    
    Una vez se corrió, agarro la jarra donde estaba el café y volcó del plato algo de sustancia en él mientras sonreía.
    
    —Menudo desayuno y café más “cargadito” vais a tomar jajajajaja —Dijo el pervertido mal nacido —Toma esta servilleta y límpiame bien el cipote y los huevos —Me dijo, ofreciéndome la servilleta que estaba sobre la encimera.
    
    Con toda mi cara hecha un desastre, y todavía con saliva colgando de mi barbilla, me acerqué temerosa e insegura y comencé a pasar la servilleta por todo su gran falo, levantándolo con mi manita hacia su ombligo para limpiar también sus cojones, mientras él me miraba con satisfacción y chulería.
    
    Cuando acabé e iba a dejar la servilleta en la encimera…
    
    —El culo también, lo tengo sudado, me lo has llenado también de tus babas de cerda —Me decía mientras se dio la vuelta y se agachó levantando el culo y ofreciendo toda su raja bien abierta, mientras volví a cogerlo y, lentamente limpiar toda la raja de su culo arrodillada a su altura, pasándolo en repetidas ocasiones por toda su extensión, desde su rabadilla hasta el perineo, hasta dejarlo bien seco.
    
    —Esta servilleta déjala en tu lado, que te vas a limpiar luego bien la boca con ella, así te vas acostumbrando al olor de tu macho —me dijo, obedeciendo y llevándola yo misma hasta mi sitio cabizbaja.
    
    —¿Cuando llega el cornudo? Me preguntó.
    
    —Ma... ñana... —Dije con voz ...
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