1. El novio negro de mi hermana −2


    Fecha: 08/11/2017, Categorías: Primera Vez Autor: FOLLADORLECHERO, Fuente: CuentoRelatos

    ... con toda mi lengua fuera volver a hacerme recorrer todos sus huevos, pasando por su imponente tronco hasta el capullo nuevamente, haciéndole un lavado de rabo con el olor al culo de mi hermana todavía de esa noche.
    
    Por fin liberó mi cara, toda pringosa de liquido preseminal y su olor a semen y culo que me impregnaba toda la cara.
    
    —Paséate a cuatro patas por la cocina, como las perras, te voy a tratar como lo que eres —Dijo mirándome con autoridad.
    
    Tímidamente comencé a gatear a cuatro patas, despacio, humillada, mientras él agarró mi pantalón del pijama de la parte trasera y, de un fuerte tirón, lo bajo hasta quedar por debajo de mis nalgas, y de otro tirón bajo también mis bragas, quedando a la misma altura con todas mis nalgas totalmente expuestas y ofrecidas al negrazo de 1,90.
    
    —¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! ¡¡¡Marranaaaaa!!! —Decía mientras comenzó a nalguearme mientras yo me arrastraba a cuatro patas por toda la cocina con el negrazo siguiéndome tras de mí, con todo su rabo bien duro recreándose con la visión de tener a la hermana casada de su novia sometida y humillada menando sus perfectas nalgas blanquitas para él.
    
    —¡¡¡Di que eres una perra!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! —Me decía, mientras su manaza se estrellaba contra mi blanca nalga dejándola marcada, vibrando a cada palmada.
    
    —Sss…soooyyy…una…perra… —Decía, mientras continuaba caminando a cuatro patas con mi pijamita casi por las rodillas que apenas me permitía ...
    ... gatear.
    
    —¡¡¡Di que tu maridito es un maricón picha corta!!!
    
    —… —No podía hacer eso, sentía mucha pena por él, pensar que mientras él estaría trabajando para traer el dinero, su esposa está a cuatro patas, arrastrándose como una fulana para deleite de un negrazo, mientras le calienta el culo y le restriega todo su enorme rabo por la cara.
    
    —¡¡¡Vamos!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaaassssss!!! —Exigió Kevin dándome otra fuerte nalgada, haciéndome ceder.
    
    —Mm… mi… marido... ¡¡¡aaayyyyyy!!!... eesss… un… ¡¡¡aaaayyyy!!!... mariconnn… ¡¡¡aaaaayyyy!!!... y… unnn… pilla… corta… ¡¡¡aaayyyyyyy!!! —Dije, mientras me seguía con su cipote a punto de reventar apuntando al techo y me nalgueba mis respingonas nalgas blancas sin compasión.
    
    —¿Qué prefieres, comerte tú las tostadas con mi corrida o que se las coma tu hermana, marrana? —Me preguntó, presagiando por fin una luz en el horizonte…
    
    —Eeehhhh…mi…mi... hermana… —Dije algo aliviada.
    
    —¡De acuerdo! —Se tomará ella mi corrida. —Dijo mientras se servía un vaso de zumo de la jarra de la encimera.
    
    —¡¡¡Empieza!!! —Me indicó mientras bebía del vaso con tranquilidad.
    
    —¿Q…qué…? —Pregunté con cara de desconcierto.
    
    —Ella me ordeña cuando te la sirvo a ti, así que, si quieres que se la coma ella me ordeñaras tú y, te aconsejo que no tardes mucho, no sea que te pille con las manos en el rabo jajajajaja —Eso era una sentencia. Era eso o me tendría que volver a comer toda su corrida en la comida delante de mi hermana y él, o podía poner en peligro mi ...
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