1. Riberas del Donetz 2


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... “Pantera” alemán. El duelo entre carros alemanes y soviéticos se prolongó, evolucionando todos ellos en sus respectivos campos, moviéndose casi constantemente: Disparaban, se movían, se detenían y volvían a disparar. A los diez minutos de combate las pérdidas de ambos bandos se habían incrementado en un carro más por contendiente, otro KV 1 soviético y otro “Pantera” alemán, con lo que los carros alemanes retrocedieron hasta quedar fuera del alcance de los T 34, suprior al del KV 1, pero inferior al alcance de los “Pantera” y los “Tigre” que empezaron a hacer “carne” impunemente en los blindados soviéticos. Y, para colmo de la desdicha de los medios acorazados soviéticos, hizo allí su aparición un “cazacarros” “Ferdinand”, con alcance eficaz superior en más de 1000 mt al de los T 34. La lente de proyección del visor de puntería señalaba con prusiana exactitud el ángulo de tiro, abriendo fuego entonces la pieza de 88mm y 71 calibres de longitud con infalible precisión, y los carros soviéticos, uno a uno, iban convirtiéndose en masas de acero retorcido y llamas. Así, poco a poco, las columnas de humo negro se fueron elevando al cielo despejado flotando sobre la estepa rusa. Los carros soviéticos retrocedieron buscando salvarse del holocausto que los alemanes les estaban infringiendo y las piezas de la batería anti carro avanzaron a tomar posiciones, eso sí, resguardadas en la alta espesura que crecía a ambas márgenes del Rusumaia, dispuestas a impedir la penetración de los ...
    ... carros alemanes que parecía inminente.
    
    Pero la ruptura de los carros alemanes no se produjo porque el teniente Bauer creyó más oportuno que fueran sus infantes quienes se lanzaran al asalto de la orilla soviética del Rusumaia. Peter Hesslich, agazapado junto a Bauer entre el matorral que cubría la orilla alemana, le había indicado que mejor lanzara los tres carros de que aún disponían abriendo paso a la infantería, pero el teniente desestimó la idea en el convencimiento de que las 55 Tn. de los “Tigre” se embarrancaría en el lodo del lecho del río; ítem más, menospreció la entidad de la defensa rusa, diciendo a Hesslich que allá delante sólo habría una sección extraviada sin ninguna moral de combate. De modo que los infantes alemanes en infernal griterío de victoria anticipada se lanzaron a la carrera hacia el río, dispuestos a vadearlo en un santiamén, con lo que enseguida estaban en el agua, que al llegar más o menos a mitad del río les cubría hasta el pecho, con mosquetón y cartucheras repletas de munición mantenidos en alto, a salvo de la acción del agua. Bauer iba al frente de sus hombres, con Hesslich al lado y a varios metros a ambos lados, al mando de sendas secciones de granaderos, (nombre oficial de los infantes alemanes), el alférez von Stattemberg y el brigada Straus. Pero cuando la compañía alcanzaba más o menos la mitad del río, se abatió sobre sus hombres la tragedia en forma de una tormenta de disparos que desde la orilla soviética alcanzaba a la gente en plena ...
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