1. Riberas del Donetz 2


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... muertos a traición, le causaba una furia tan intensa que su mente casi desvariaba en aquellos pensamientos de refinada crueldad, absolutamente impropia en él siempre propenso más a una en cierto modo tolerancia que al odio y la violencia desatados. Pero el espectáculo que sus ojos percibían era demasiado hasta para él.
    
    Cuando a los carros alemanes les faltaban no demasiados metros para alcanzar lo que se podría denominar primera línea ante el Rusumaia, las piezas anti carro soviéticas empezaron a lanzar sus granadas sobre los blindados. Al momento, nada más notar cómo dos de estas granadas hacían impacto casi a su lado, levantando paletadas de tierra y maleza sobre él, el “Pantera” frenó en seco e inmediatamente salió “de naja” en marcha atrás como alma que lleva el diablo aunque sin dejar de disparar, ahora con el visor de puntería centrado en el punto desde el cual las llamaradas de los disparos habían surgido. Los “Tigre” en cambio se mantuvieron impertérritos allí donde estaban, aunque variando el objetivo de sus sistemas de adquisición de blancos y dirección de tiro para centrarlo todo sobre la zona donde desde luego estaban emboscados los contra carros. También el “Ferdinand” se unió a la tarea de eliminar la resistencia anti-carro soviética con lo que en no muchos minutos todo esa área estaba arrasado y con densas nubes de humo negro engastadas de rojizas llamaradas que se elevaban hacia el cielo: Allí, donde momentos antes se emplazara la batería anti-carro, sólo ...
    ... pervivía un amasijo de esqueletos de acero retorcidos, uno por cada pieza artillera, combinado con los restos humanos: Cuerpos inertes de seres carentes de vida despedazados por la explosión de las granadas arrojadas por los carros y el “Ferdinand”, conjuntos de miembros humanos desperdigados aquí y allá.
    
    Antes, durante el intercambio de disparos entre ambas orillas del Rusumaia, las granadas anti-carro hicieron blanco una y otra vez en las corazas frontales de los “Tigre”, corazas de 200 mm, 20cm, de espesor; impactos directos que los carros absorbieron sin el menor problema, sólo simples “arañazos” en aquellas “epidermis” de acero. Pero una de las granadas tuvo algo de más suerte, pues aunque su impacto no causó daños irreparables en la estructura del “Tigre”, sí que destrozó su sistema de rodaje, las cadenas sobre las que el carro avanza impulsado por la rueda propulsora de adelante, con lo que quedó inmovilizado cual poderoso acorazado que embarrancara en bajío marino. Pero la tripulación no abandonó su vehículo, sino que continuó dentro del mismo, sosteniendo el fuego contra el adversario. Ítem más, durante los pocos minutos que duró el cañoneo entre carros y cañones contra carro, los panzer alemanes coordinaron el fuego de cañón sobre el espacio ocupado por la batería anti-tanque con el fuego de la ametralladora Mg 34 de 7,92 mm instalada en la barcaza, junto al conductor, en tiro directo sobre infantería, con lo que tampoco las trincheras y pozos de tirador que las ...
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