1. La Posada


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Hetero Autor: maeve, Fuente: RelatosEróticos

    ... coñito precioso- le dijo Sabrina a su amiga -¿A ti que te parece, Berta?-
    
    Ella enrojeció al instante, quería disimular que había estado mirando fijamente a Esther mientras Sabrina le había estado depilando, pero no estaba segura de haberlo conseguido.
    
    -Yo…bien, si…está bien-
    
    Ambas se rieron –No te pongas nerviosa, al fin y al cabo tú tienes lo mismo que yo ¿no?- le dijo Esther.
    
    -Sí, claro- respondió desviando la mirada. Eso era cierto, pero ella nunca había visto otro coño que no fuera el suyo y se sentía cautivada por la belleza del de su amiga. Asombrada contempló de reojo como Sabrina le aplicaba una crema por todo alrededor de la zona recién depilada y su otra amiga se movía eróticamente ante el contacto.
    
    - Venga, ahora te toca a ti- anunció Sabrina en cuanto terminó con Esther.
    
    -No, yo creo que así estoy bien- dijo Berta realmente avergonzada.
    
    -Está bien, si no quieres no te vamos a obligar. Venga Sabri, tu turno- Dijo Esther poniéndose de pie completamente desnuda.
    
    Ahora era Sabrina la que estaba completamente desnuda y con las piernas bien abiertas para que su amiga pudiese deshacerse de esos antiestéticos pelos.
    
    En esa ocasión, Berta tampoco pudo evitar mirar a Sabrina, que haciendo juego con el resto de su anatomía tenía un coño increíble. Si el de Esther la había parecido bonito, el de Sabrina lo era más, todo sonrosado y carnoso.
    
    -Pues el tuyo tampoco está nada mal- dijo Esther a Sabrina. -¿Qué te parece Berta?- la preguntó Esther ...
    ... mirando por encima del hombro.
    
    -Es muy bonito también-
    
    -Sí, seguro que los tíos se matan por follárselo- Sabrina y Esther se rieron, sin embargo Berta solo sonrió. A ella le encantaría ser como ellas, tan extrovertidas y desinhibidas, pero su maldita timidez la coartaba más de la cuenta.
    
    -¿Estás bien?- le preguntó Sabrina en cuanto se levantó de la cama. Ella, al igual que Esther estaba completamente desnuda.
    
    Berta asintió con la cabeza y decidió sincerarse -Pensareis que soy patética, pero es que nunca había visto a dos mujeres desnudas y…- Berta desvió la mirada sintiéndose avergonzada.
    
    -Si te hace sentirte mejor no vestimos ahora mismo- dijo rápidamente Esther.
    
    -No te preocupes, Berta, yo antes de llegar aquí era igual de vergonzosa que tú, pero entre nosotras no tienes por qué tener miedo o vergüenza, nuestros cuerpos son algo natural, es normal que sientas curiosidad y que incluso disfrutes con lo que veas, o te excites. No tienes que sentir vergüenza por eso, Berta. No con nosotras- la explicó Sabrina.
    
    Ella se relajó -¿En serio eras como yo?- preguntó incrédula. Era incapaz de imaginarse a esa espectacular mujer siendo tan vergonzosa y pudorosa como ella.
    
    -Sí, y mira ahora. Soy capaz de despelotarme delante de cualquiera- le respondió sonriendo.
    
    -Venga, desnúdate tú también. Que veamos que cuerpazo que tienes- le animó Esther.
    
    Berta se sonrojó y comenzó a reírse nerviosamente –Vamos a ayudarla- le dijo Sabrina a Esther y entre ambas le quitaron ...
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