La Posada
Fecha: 10/11/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: maeve, Fuente: RelatosEróticos
... dejó llevar, ya habría tiempo más tarde para arrepentirse.
De pronto, a su izquierda, notó como la cama se movía. Abrió los ojos, era Esther que se había recostado a su lado -¿Estás disfrutando?- le susurró eróticamente.
Uno de los dedos se Sabrina se introdujo dentro de ella y Berta gimió -Si- se le escapó sin apenas ser consciente de lo que decía y volvió a cerrar los ojos.
-¿Te está gustando?-
-Si- volvió a gemir Berta mientras el dedo de su amiga se movía con rapidez. Pronto un segundo dedo se incorporó al primero y ella comenzó a mover las caderas al ritmo de los dedos de Sabrina.
En ese instante sintió como Esther se movió a su lado y de pronto algo húmedo la rozó un pezón. Abrió los ojos de golpe, era Esther que le estaba lamiendo las tetas.
¡Oh cielos! ¿Qué estaba haciendo?
Los dedos de Sabrina se movieron con más rapidez y fuerza y Esther comenzó a chupar y morder sus pezones con ganas.
Sus caderas no podían parar de moverse y ella cada vez estaba más cerca de correrse –Ven aquí y chupa esto- dijo Sabrina. Inmediatamente Esther dejó sus tetas para bajar hasta su coño en donde comenzó a lamer los dedos de Sabrina según entraban y salían y el clítoris de Berta.
Un minuto después, Berta tuvo el mejor orgasmo de su vida.
Mientras recuperaba la respiración, lo que vio la puso caliente de nuevo. Sabrina estaba a cuatro patas y Esther le estaba lamiendo el coño, consiguiendo que su amiga se retorciera de placer.
Berta se preguntó a que ...
... sabría el flujo de sus dos amigas, como sería lamer un coño como ese, tan empapado e hinchado.
-¿Te gusta lo que ves?- la preguntó Sabrina entre gemidos.
-Si- respondió Berta tímidamente. En ese momento Sabrina se incorporó y trepó por la cama hasta colocarse a la altura de Berta. Lentamente la besó la boca, al principio ella estaba indecisa y era solo movimiento de labios contra labios, hasta que la lengua de Sabrina se hizo paso dentro de su boca.
-¿Te gustaría verlo más de cerca?- le susurró Sabrina al oído mientras le acariciaba los pechos y le pellizcaba los pezones.
Berta estaba muy excitada de nuevo -Si- volvió a susurrar.
-Entonces ve con ella-
Sin más, Berta se levantó, sentía que las rodillas se la doblaban un poco, pero no les prestó atención y se colocó al lado de Esther mientras esta lamía con avidez y le arrancaba gemidos de placer a Sabrina.
-Tiene un coño increíble, ¿verdad?- le preguntó Esther cuando reemplazó su boca por dos dedos.
Ella, que no podía apartar la mirada, se relamió pensando en su sabor. Esther, que se dio cuenta, le dijo –Vamos, prueba-
Si, quería, pero se sentía insegura, avergonzada –No te preocupes por tu falta de experiencia, está tan caliente que la hagas lo que la hagas va a gemir como una perra- y así fue, Esther retiró los dedos y Berta comenzó a besarla lentamente. A Sabrina le chorreaba el flujo por los muslos y enseguida se le empapó la boca. Con la lengua tomó un poco de aquella muestra, estaba salado, pero no ...