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43.4 De visita en Dunkerque
Fecha: 16/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Es una cena sencilla, excepto un pescado a la brasa que está para chuparse los dedos. Nico habla de las conversaciones que ha tenido con Carlos y sobre lo que quiere de él, ha hablado ya con el estudio y enviado ideas. No entiendo de lo que hablan y a Gonzalo creo que no le interesa mucho, aunque le escucha con atención. Me llama más la atención lo que Lorian tiene que decir sobre la moda y sus proyectos, también Gonzalo es todo oídos y le hace preguntas que éste responde, demostrando que sabe de lo que habla. Cuando volvemos al hotel hace muchísimo frío y les propongo salir mañana a correr. -No he venido preparado, no tengo ropa para correr, parece que a partir de ahora cuando esté contigo, tendré que venir preparado para hacer deporte. –el comentario de Gonzalo hace reír a Nico y Lorian. -No te preocupes que yo puedo dejarte algo. –seguro que Nico viene bien equipado. He salido del baño y estoy esperándole en la cama cuando escucho el ruido de la maquinilla de afeitar, me levanto y vuelvo al baño, Gonzalo está en este momento afeitándose. -¿Qué haces Gonzalo? -me abrazo a él y me mira en el reflejo del espejo. -Lo que me pediste en el coche cuando veníamos, parece que te molestaba la barba de Nico. –me puse a reír estrechando su espalda contra mi pecho. -¡Oh! Qué tonto eres, vamos a la cama. –le voy empujando abrazado como estaba hasta llegar y abrazados caemos revueltos. Luchamos y no me deja que muerda su barbilla aún con la barba, se está ...
... recuperando y vuelve a estar más fuerte. Me desespero dando patadas en el aire hasta que se coloca sobre mí y su peso hace que me rinda, sujeta mis muñecas sobre mi cabeza y respira agitado en mi cara. -¿Te das por vencido? -me dice muy serio y no puedo reprimir la risa. En realidad, lo que quería era besarle, mi boca queda a escasos centímetros de la suya, con la otra mano me sujeta de la cintura y me aprieta contra de él poniendo nuestros cuerpos en contacto. No me besa y su boca busca mi oreja haciéndome estremecer. Desciende para prenderse en mi cuello justo en el hueco de la clavícula, su erección era patente y le sentía hirviendo en mis muslos. Abracé su cabeza y la llevé para colocarle de frente y le besé abrazado de su cuello. -Daniel, mi amor, te amo. He pasado una terrible semana pensando en ti. –susurraba blandamente en mi cuello, besándolo y mordiéndolo en ligeros y suaves mordiscos con sus labios. Su pene sobaba mis pantorrillas con su punta muy cerca de mis testículos, llevé mis manos a sus costados y dejé que fuera resbalando hasta que su boca llegó a mis tetillas que lamió. Le dejé hacer adoptando mi rol de pasivo, un poco afeminado por los grititos que daba y que repetía al ver cómo le excitaban. -¡Ayyyy! ¡Ayyy! Sí, si mi amor, yo te amo también te quiero Gonzalo. Me di cuenta de que eso le gustaba, verme sumiso y entregado, permitiéndole hacer a él; no era brusco, pero si dominante y si movía una pierna quería que la mantuviera allí. Detalles ...