1. 43.4 De visita en Dunkerque


    Fecha: 16/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... al puerto, yo lo que quería y necesitaba era descansar los pies, y me daba igual el lugar que eligieran, estaba contento con ellos y era suficiente el tenerlos a mi lado pasándolo bien.
    
    Esa noche Gonzalo me hizo el amor como más me gusta, aunque de todas las formas me agrada, comenzó muy suave y sutilmente en la ducha, o mejor sería decir durante el camino de vuelta al hotel, su cortejo empezó al salir del restaurante, en los siguientes lugares donde estuvimos no se separó de mi y sus manos se movían ligeras por mi cuerpo, con la disculpa del jersey que lucía o sin motivo alguno, el caso era tener ocupadas sus manos en alguna parte de mi anatomía.
    
    Resultaba obvio su deseo, para mí y los demás de nuestro entorno, pero no se precipitaba y disfrutaba de su galanteo, yo me dejaba festejar y me agradaba, era un agasajo muy fino que no desentonaba, basado en pequeños detalles como hablarme al oído y aprovechar para besar mi cuello, coger mi mano y simplemente besar la palma, pasar su mano por mi cintura para dejarme pasar por una puerta o ayudarme a quitarme el abrigo. Cosas muy sencillas realizadas con mucho amor y sin connotaciones sexuales que llegarían después.
    
    La primera muestra fue cuando de repente vi como su verga se iba poniendo dura debajo de la ducha, antes incluso de tocarle, solamente con verme desnudo. En un momento dado paso sus brazos debajo de mis sobacos y los llevo detrás de mi nuca, allí entrelazó sus manos dejándome prisionero a su antojo, tiraba de ...
    ... mi cuello hacia abajo y me obligaba a inclinarme rindiéndole mi culo, donde su pene ya duro, quería entrar entre mis muslos.
    
    -Cómo me gustas Daniel. –podía notar su lengua en mi espalda a pesar del agua tibia que nos caía, abrí ligeramente mis piernas para que su verga entrara entre ellas y comenzó a sacarla y meterla como si me estuviera follando, notaba el paso de su pene por mi perineo y al salir por el frente, como rozaba mis huevos.
    
    -¿Quieres que lo hagamos aquí? -le veía tan excitado que le pregunté, a mí no me hubiera importado, me había llevado a un grado de temperatura muy peligroso.
    
    -Sería muy rápido y quiero que dure una eternidad. –me estremecí de deseo.
    
    -Suéltame Gonzalo, vamos a terminar de ducharnos. –sería lo mejor porque si continuaba así conseguiría que me fuera de lo excitado que me tenía. Salió para dejar que me limpiara y preparara para él.
    
    Se tumbó encima de mí cuando llegué a su lado, su abdomen sobre el mío, acogido entre mis piernas que apretaban su cintura, y a pesar de que su verga continuaba en su máxima dureza me besaba con dulzura entre suspiros entrecortados por su respiración agitada.
    
    -No quiero volver a perderte, no podría perdonármelo, quiero estar tranquilo a tu lado pero no puedo evitar desearte y te estaría follando siempre. –jolín, me ponía a mil lo que me susurraba en la oreja.
    
    Notaba como mi culo se abría sin que lo tocara y mi polla no daba más de dureza, era mi hombre de verdad, el que me cubría con su cuerpo, el ...
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