1. Líos en el trabajo


    Fecha: 18/09/2019, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Jala, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... en la oficina”.
    -“Mejor cambiamos de sitio. Por esta zona hay mil sitios para estar”, contestó Paula.
    Pedí la cuenta y pagué. Nos levantamos y Paula fue al baño, mientras que yo le dije que le esperaba fuera.
    Salió a los dos minutos y, sin mediar palabra, se me acercó y me plantó sus labios en los míos, abriéndolos y metiendo su lengua en mi boca. Un beso largo, intenso. Besaba muy bien y olía a un perfume bastante intenso pero que resultaba muy propio para ella.
    Mi polla empezó a reaccionar al instante y ella lo notó. Nos separamos y nos quedamos mirando sin decir palabra durante 10 larguísimos segundos.
    Fui yo quien rompió el silencio.
    -“Sí, ¿no?”
    -“Sí”, contestó
    No había nada más que decir. Los dos sabíamos que lo siguiente era follarnos mutuamente como nos teníamos ganas desde el verano.
    -“¿Vamos a mi casa?. Está muy cerca de aquí”, dije.
    No contestó, sino que se dirigió directamente a la moto.
    Cinco minutos más tarde yo estaba abriendo la puerta de mi casa y ella me cogía el pecho desde mi espalda mientras me besaba el cuello por detrás. Entramos y me apoyó la espalda en la puerta de entrada y se agachó en cuclillas desabrochándome el pantalón. Mi polla salió como un resorte y Paula la cogió con su mano izquierda al tiempo que pasaba su lengua por el lateral del tronco de mi a esas alturas durísimo nabo…
    Estuvo así cosa de un minuto, sin llegar a metérsela en la boca. La levanté y la puse de cara a la pared, y me arrodillé teniendo su culo a la altura de mi ...
    ... cara. Despacio, desde detrás, le empecé a desabrochar el pantalón y poco a poco fui bajándolo hasta tener una maravillosa perspectiva de su culo enfundado en un tanga de color negro.
    Le bajé hasta los tobillos los pantalones y el tanga y le separé y flexioné ligeramente sus rodillas, de manera que podía ver su coño, arreglado pero no depilado, chorreando, desde detrás. Apliqué mi boca a su ano y empecé a lamer desde ahí hasta la parte superior de su coño, un recorrido que, haciéndolo muy despacio, le estaba volviendo loca. Sabía y olía bien, estaba empapada y muy caliente y yo aprovechaba cada pasada para introducir ligeramente la lengua en su ano, lo que le hacía estremecer.
    Me levanté y acerqué mi polla a la entrada de su coño y empecé a meterla poco a poco. Paula empezó a gemir y a pedirme que se la metiera toda, pero yo quise retardar y solo le metía la punta de la polla, unos 10 centímetros. Así estuvimos hasta que ella se dio la vuelta, me cogió mi mano y la llevó hasta su coño.
    -“Hazme una paja” pidió.
    Le metí los dedos anular y corazón en su coño mientras que los flexionaba constantemente, buscando su punto G. El movimiento se hizo cada vez más rápido; era evidente que había encontrado ese punto. No tardó mucho en gritar cada vez más fuerte y consiguió un orgasmo acompañado de un enorme chorro de flujo que dejó empapado el suelo del recibidor.
    -“Sabes hacerlo, eh?”, me dijo.
    Los dos estábamos con los pantalones en los tobillos, los suyos empapados de su squirt y ...
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