1. Líos en el trabajo


    Fecha: 18/09/2019, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Jala, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ambos con ganas de más.
    -“Ven. Vamos a la cama” le dije.
    En la habitación acabamos de desnudarnos los dos. En ese momento pude contemplar su cuerpo. Muy deseable, con caderas no muy anchas, culo poco respingón y las dos tetas más grandes que había visto en mi vida. Aquello debía ser una 150 por lo menos. Nunca había podido imaginar que las tuviera tan enormes; normalmente en el trabajo venia sin escotes y se le veía que era una mujer con buenas tetas pero ni mucho menos de ese tamaño.
    La tumbé en la cama y le abrí las piernas. Quería comerle bien el coño, quería tener la visión de su cuerpo desde abajo mientras le pasaba la lengua. Su coño sabía bien, ligeramente salado por el squirt que había soltado, y me apliqué a su clítoris con movimientos de la lengua en redondo y ligeras succiones, hasta que volvió a acelerarse su respiración y reventó en un orgasmo, en esta ocasión sin inundación, que le hizo tener espasmos mientras yo mantenía mi lengua en su coño y ella intentaba que me separara.
    -“Te las sabes todas…” gimió.
    Me tumbó entonces ella en la cama y se puso encima, metiéndose mi polla sin ningún miramiento, empezando una cabalgada que, con la vista que yo tenía de sus tetas moviéndose y lo guapa que era, me estaba poniendo a mil. Su movimiento alternaba entre circular con sus caderas y arriba y abajo. ...
    ... Sabía follar muy bien, se mordía la lengua, cerraba los ojos y no dejaba de gemir. Aquello era extraordinario. Yo le cogía las tetas, en lo que abarcaba mi mano, con la sensación de que en algún momento iba a tener el orgasmo más grande de mi vida.
    Paula se levantó y, mirando hacia la pared, se puso a 4 patas.
    -“Fóllame duro”, me pidió
    Se la metí de un golpe; su coño estaba cada vez más mojado y mi polla entraba y salía sin dificultad. Sus tetas tocaban la cama y rebotaban en cada embestida. Así estuvimos al menos 10 minutos y yo me recreaba cogiendo por detrás sus enormes tetas que apenas me cabían en las manos.
    -“Estoy a punto de correrme”, anuncié
    Se giró, se puso sobre sus rodillas y me indicó que me tumbara. Se metió mi polla en la boca y, con la visión de ella a 4 patas delante de mí y sus pechos colgando, en menos de 30 segundos consiguió que me corriera con unos gritos que estoy seguro oyeron mis vecinos. Mi leche entró en su boca y se tragó toda mi corrida con una sonrisa de satisfacción. 
    Exhaustos los dos, nos quedamos tumbados en la cama hasta que nos recuperamos ligeramente. Nos vestimos y volvimos a coger la moto para ir a la oficina, donde entramos los dos por separado para evitar murmuraciones.
    Había sido una sesión de sexo perfecta con una mujer perfecta.
    Hubo bastantes sesiones más.
    
    
    
    
     
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