1. Venganza


    Fecha: 28/09/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Antonio, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... más, dejé de escuchar sus insultos, su resistencia, pensé tal vez ha muerto, no me importó, seguí penetrando ese trasero muy apretado hasta que con un gran gemido me corrí dentro suyo. Me quedé dentro hasta que mi pene fláccido salió, noté que tenía restos de semen y sangre. 
    Me fui al baño y al rato volví limpio y vestido, lo desaté, él se incorporó de la cama, era evidente que su cuerpo estaba dolorido. Lo tomé por la cintura y lo llevé al baño, él no decía nada, no se resistía, no hablaba, su mirada estaba vacía, ida. Lo bañé, incluso puse una crema en su ano para el dolor e irritación. Ninguno de los dos dijo nada, en silencio, sentados en el sillón nos tomamos unos tragos y luego se fue.
    No volvió a aparecer hasta un mes después. Llegué del trabajo y me estaba esperando. Me ofreció un whisqy, le pregunté como estaba, me respondió que bien y me preguntó cómo estaba yo, bien también respondí. Nos quedamos un rato en silencio, y  luego él me dice que se quiere quedar a dormir en casa, respondo que no hay problema. 
    La puerta de mi habitación estaba abierta, yo no podía dormir, así es que me puse a leer algo que tenía sobre el velador. Estaba en eso cuando entra Mario, nos miramos sin decirnos palabra, él se metió en mi cama, yo estaba desnudo, sentí su cuerpo muy junto al mío. Él se sacó el calzoncillo sin ...
    ... dejar de mirarnos, nos besamos, mi mente era un mar de confusión, pero mi cuerpo reaccionaba a aquella situación, tenía el pene muy erecto, comencé a acariciar a Mario, lo besaba con pasión. Él tomó mi pene y lo acarició con sus manos. Se volvió de espalda a mí, dejando esas hermosas nalgas a mí disposición, alguna vez miré su trasero con envidia, ahora las acariciaba con deseos irrefrenables, comencé a penetrarlo esta vez suavemente, no quería herirlo ahora, sino que quería sentir que mi amigo de toda la vida, mi mejor amigo había vuelto a mí completamente, tal vez siempre quise tenerlo así para mí.
    Jadeábamos llenos de deseos, él se movía y abría sus nalgas con las manos mientras me pedía que lo llenara por completo, yo enloquecido lo complacía, besaba su cuello, acariciaba sus tetillas, mientras decía – te quiero mucho amigo mío, me vuelves loco – nuestros movimientos aumentaron hasta que derramé mi semen en su interior, él también se corrió mientras yo lo pajeaba. Quedamos agotados, abrazados. Un rato después estábamos dispuestos para una segunda vez. Esa noche casi no dormimos.
    Nuestras vidas han cambiado desde entonces, Mario ya no persigue mujeres por todos lados, nos quedamos en casa y nos dedicamos a largas jornadas de sexo. Ya no somos solamente los mejores amigos, creo que estamos enamorados.
    
    
     
«12345»