El Intruso capítulo 8 - Relatos Eróticos

El Intruso capítulo 8

... arrancaba y una sonrisa de dibujo en su rostro—pasa por favor Entramos, la casa estaba exactamente igual que como al dejé ‐ Ven acompáñame, hagamos un recorrido Camine atrás de ella, la verdad la vista era mejor con ella adelante, contoneándose al caminar, lo hacía natural como si disfrutara su caminata delante de mí; yo iba embobado viendo su culo menearse, de repente Carmen se volteo y me sorprendió viéndola, sonrió ‐ ¿Te gusta cómo luce? ‐ Yo… este… ‐ Mira ¿te gusta?—señalo una pared que estaba recién pintada—le cambié el color ¿te gusta cómo luce? Respiré aliviado, ella me había sorprendido viéndola y la pregunta casi me hace decir “si me gusta tu culo, siempre me ha gustado” Llegamos a la recámara de Perlita, tenía dos camas matrimoniales, las camas estaban pegadas, miré desconcertado ‐ Las puse y junté porque aquí quiero dormir con ellos, los extraño tanto que quiero que duerman conmigo, ¿no te molesta eso? ‐ No, claro que no, creo que cabrán perfectamente los tres ‐ De hecho creo que cabrían cuatro, digo por si te quieres quedar, por mí no hay problema, igual no haríamos algo, solo que te quedes una noche Miré sus ojos de súplica ‐ No, lo siento, ya tengo planes para estos días y no puedo cambiarlos—dije algo seco en mi tono ‐ Está bien, perdón, no quería incomodarte con mi comentario ‐ Está bien, no pasa nada Salimos de la habitación y me encaminé a la sala, me detuve frente al espejo que tenía mi cámara, vi que estaba cubierto con un velo blanco casi transparente. ...

... ‐ ¿Y eso?—dije señalando el velo ‐ ¿No te gusta?, pensé que se vería lindo tener un velo ahí, así casi no ves tu reflejo ‐ No, no me gusta ahí—ella sabía que con el velo la cámara no podría verse bien, no sé porque lo puso ‐ Bueno si no te gusta, quítalo ‐ ¿Ha si? ‐ Si Me dirigí al espejo y jale el velo, era de seda, por lo que era muy suave, este cayó de forma poética, tal parecía que había sido creado para caer de esa forma tan estética ‐ ¿Así está mejor?—preguntó mirándome a los ojos ‐ Sí, me gusta más sin velo—conteste ‐ Bueno, así se quedará entonces—miró hacía el suelo y mordió su labio inferior-- ¿y no quieres quitar algo más? Algo que no te guste donde está Nos miramos a los ojos, vi esa mirada que tenía cuando fuimos novios, era de amor puro, de entrega de alma, su boca se entreabrió y sus pupilas se dilataron, me acerqué a ella ‐ Sí, hay algo, que desde que llegue, quiero quitar ‐ Pues quítalo Tomé su cintura y la jalé a mí, busque el broche de su falda y la abrí, la jale hacía debajo de su cadera y la gravedad hiso el resto ‐ ¿Así te gusta más? ‐ Si ‐ Y ¿solo eso quieres quitar? Levanté mis brazos y levante su blusa, ella elevó sus brazos y esta salió volando por su cabeza; ahí estaba Carmen, en ropa interior frente a mí, su escultural cuerpo, su piel suave, su cabello suelto caía en sus hombros, sus senos se elevaban con la respiración profunda que tenía, mi corazón también latía y ya no pude más, me acerque a ella y la jale a mí, la bese, ella cerró los ojos y ...