1. El regreso de Hilario.


    Fecha: 23/01/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... para sacarle el preciado alimento que traía dentro desde hace no se cuento tiempo que ha estado solo. Hasta me pareció que tenía deseos y temores parecidos a los míos, quería, pero como que no sabía cómo empezar.
    Todavía paso un rato haciendo algunas cosas que a mi me pereció una eternidad, no se acomodaba para decirle lo que quería, encendió la luz de petróleo, me ofreció algo de comer, un vaso de leche y pan, pero yo lo único que quería era tomarme la suya, así, calientita, directamente de su envase.
    Por fin dio color, me dijo que les había llevado varias cobijas a las visitas y tendríamos que dormir en una sola cama, para compartir los cobertores que estaban disponibles, ¡excelente! a ver cómo nos va, pensé con buen ánimo. Hizo la cama y me dijo que me acostara mientras iba al baño. Me quedé sólo con la trusa y me metí debajo de las cobijas, hacía un poco de frío y me puse en posición fetal. Luego llegó él y también con sólo la trusa se metió a la cama quedando tras de mí. Se frotó las manos para generar calor y se acercó rodeándome con su musculoso brazo a la altura de mi abdomen y de inmediato sentí el calor de su cuerpo pegado al mio.
    ¡Válgame santo niñito!... Empiezo a sentir que algo se mueve y crece en medio de mis piernas que me transmitía un intenso y agradable calor a pesar de que 2 trusas se interponían, siguió creciendo hasta que me llegó y sobrepasó mis huevos. En seguida visualicé lo enorme que lo tenía y qué iba hacer si me lo quería meter. Don Nato aún ...
    ... no me había convencido a que me metiera su tremenda verga, pero ahora, en esta situación, ¿Qué iba a pasar?... no parecía que hubiera salvación, lo peor era que en mis adentros, ¡no quería que la hubiera!... parecía que todo era cuestión de tiempo, no mucho, por cierto, pero bueno…
    Casi de inmediato sentí la gota caliente, viscoso y cristalino de su líquido preeyaculatorio, que ya lo ponía listo para aportar su poder lubricante. En parte para que tardar un poco más lo que ya era inminente y en parte para probar la miel de su gran miembro, me di la vuelta y me escurrí hacia abajo hasta quedar al nivel boca-verga, le bajé la trusa y desplegándose el tremendo falo, lo tome con ambas manos y me lo pude en la boca a la vez que provocaba un giro para quedar él boca arriba y yo boca abajo, haciendo los movimientos arriba-abajo o adentro-fuera de mi boca. Aunque ya se habían tirado las primeras gotas del caliente líquido preeyaculatorio, alcancé a succionarle todo lo que estaba fluyendo por la uretra, saboreando su rico sabor a sal y su espesa consistencia.
    Bastaron unos pocos movimientos, apretones y succiones para que, para que aquel rico rollo de carne viva y super caliente, se engrosara tanto que me hizo sacarlo un poco a la vez que con un gemido me lanzara un brutal y sabroso chorro de la leche que tanto había deseado y que seguramente él traía de más, luego de haber padecido una vigilia sexual de más de 3 semanas. No había terminado de tragar ese primer chorro tan deseado, ...