El regreso de Hilario. - Relatos Eróticos

El regreso de Hilario.

... cuenta de la cantidad de embates que tuvieron que pasar para que, con un empujón que me hizo pujar, no se si por dolor o por placer, para luego sentir como el caliente esperma corría por las paredes de mi recto, como queriendo salir y que con pequeños movimientos hacía adentro, se acumulaban más y más hasta sentirlos que salían para invadir toda mi parte trasera y llegar hasta la sábana de la cama. Cuando aflojó para salir, lo tomé de una de sus nalgas y lo atraje hacia mi a la vez que le dije que no lo sacara e instintivamente empecé hacer contracciones del esfínter como mordiendo el aún erecto miembro de ensueño. Múltiples deseos acompañaban tales movimientos: Cortarlo para poseerlo como cosa propia, triturarlo para exprimirle todo el liquido que aún pudiera quedarle y apretarlo tanto para saciar el ansia de detenerlo adentro. Como disfrutando el ejercicio, Hilario se quedó quieto, pero haciendo bombeos como para mantener su verga erecta y activa.
Fue tan arduo el trabajo que hicimos, que exhaustos y jadeantes, nos quedamos en esa posición hasta que al amanecer, aún abrazándome, me despertó para decirme si quería ir al panteón para excavar la tumba para el sepelio o me quedaba para seguir descansando, le dije que iría con él, luego de asearnos, vestirnos y limpiar las huellas del jaleo, sin decirnos nada, tomamos unas herramientas y nos salimos de la casa, pasamos por otros 2 compas y nos fuimos hacia el panteón. Todo el camino lo hice pensando en lo que había sucedido, se me hacía increíble que todo lo nuevo que había experimentado en esa noche, lo de Hilario y don Nato, las hubiera disfrutado cuando apenas iba a cumplir 11 años.