1. El regreso de Hilario.


    Fecha: 23/01/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... cuando me lanza un segundo que me llenó la boca y que tuve dejar que saliera por la comisura de los labios y que escurrió por su larga y gruesa verga húmeda y caliente. En otras circunstancias hubiera lamentado mucho tan valiosa pérdida.
    Con otro ¡ay! acompañado de su embate, me lanza un tercer chorro que, a pesar de su abundancia, lo tragué con avidez y complacencia plenas, sentí cómo llegaba a mi garganta el rico y caliente líquido y cómo llegaba a mi estomago que ya estaba listo para absorber la riqueza nutritiva de la preciada leche, ahora con un sabor dulzón y una consistencia menos viscosa que el preeyaculatorio que, como un delicioso entremés, abrió mi voraz apetito por lo que luego disfruté.
    Ya que le había succionado y tragado la última gota de leche que le quedaba, me quité la trusa, me di la vuelta quedando de espaldas a él, con una mano tomé el gran pene aún erecto y con abundante semen que no alcancé a tomar, me lo restregué en mi culo y sus alrededores, me lo empujé hasta hacer desaparecer la gran cabeza y me quedé quieto, disfrutando de la calidez de ese rico rollo de carne viva. Él quiso empujar, pero le dije que descansara un poco, se quedó quieto y a poco se quedó dormido. Su verga fue bajando de tamaño y se fue saliendo hasta quedar solamente apuntando en mi húmedo ano. Me resistí a dormís, no quería dejar de disfrutar de la suave sensación de aquello en la puerta trasera de mi cuerpo.
    No pasó mucho tiempo para sentir pausados bombeos y pequeños ...
    ... empujones con lo que la verga estaba creciendo nuevamente, dilatando mi sensible puerta y metiéndose poco a poco a mi cuerpo. Sin moverlo hacia afuera, en cada suave embate se iba cada vez más adentro. Sentí como se iban removiendo mis partes internas para abrir paso a tan rico y caliente visitante. Aunque los embates eran suaves y con delicadeza, por lo grande que era lo que estaba recibiendo me causaba dolor, pero lo que estaba sintiendo era nuevo y tan agradable, que tal dolor lo manifestaba con ayes de gran placer que lo compensaba totalmente, lo único que deseaba era sentirlo más y más adentro.
    Por fin sentí que sus bellos tocaban mis nalgas, no entró totalmente por la posición fetal en la que estaba acostado, el ano no quedó abierto en su totalidad. Esa posición y esa limitante para que no entrara todo lo largo que era la verga, fue algo también nuevo para mí, pues resulta que cuando vinieron los rítmicos y aún suaves movimientos hacia dentro y hacia afuera, la sensación se cuadruplicó, pues sentía el roce  cuando pasaba por mis nalgas, el roce al pasar a través de todo lo profundo del esfínter, la sensación de que algo se desplazaba para darle paso y el tope al término del recto. Nunca había cogido acostado en una cama, siempre había sido parado o de perrito y esas nuevas sensaciones que disfruté a su máxima expresión, me hicieron descubrir algo que no conocía y que después habría de quedar dentro de mis preferencias.
    Estaba tan embelesado con tanto placer que no me di ...