Los cacheros y yo (III) - Relatos Eróticos

Los cacheros y yo (III)

... cuando oigo unos pasos fuera y la reja abrirse.

-Ya la fiesta se acabó muchachos, han venido a llevarse al marica. -dijo el policía.

-¿Nos vas a dejar así con la verga parada? -dijo el barbón.

-Son órdenes del jefe, toma esta ropa que te trajeron y acompañame marica. -me ordenó el policía arrojandome unos jeans viejos y una camisa a cuadros.

Me vestí rapidamente y salí de la celda, supuse que era mi cachero Esteban o tal vez Mauricio el que había venido a recogerme, pero cuando llego a la calle veo al hermano de Esteban fumando un cigarrillo.

-Vamos cabro, antes que me arrepienta de haber venido. -me ordenó y caminamos por varias cuadras en silencio hasta que llegamos a un parque que a esas horas estaba solitario, nos sentamos en una banca.

-¿Por qué viniste a sacarme tú? Yo pensé que me odiabas.- le dije sin atreverme a mirarlo.

-No te odio a ti, pero me acordé que el jefe de esta comisaría es un amigo del cole así que le pedí el favor, le dije que eras el hijo fallado de un primo.

-Pero...

-Ahora me escucharás en silencio, no pienso repetirme. -El hablaba seriamente- No ...

... quiero que vuelvas a ver a mi hermano, ni siquiera te aparezcas por el barrio, si lo haces ahí me conocerás enojado de verdad. No te odio, pero odio que una persona como tú que parece inteligente y tiene oportunidad de estudiar en una universidad y tiene familia se rebaje a ser la puta de hasta un viejo jorobado como mi papá, ahora que eres joven seguro lo haces por la arrechura del momento, pero después que será de ti?, acabarás como la Martina con dos grandes tetas, siendo peluquera o puteando en alguna calle, los muchachos se harán hombres y se casarán o tendrán hijos y tú quedarás en nada con el culo abierto ofreciéndolo en cada esquina, cuando muchos darían la oportunidad de salir de esa vida de mierda. Por eso te doy esta salida, vete y no vuelvas.

Lo que me dijo, me dejó sorprendido y me hizo pensar, me acompañó a tomar en silencio un taxi, al despedirse me dio la mano y yo le dije gracias, él me guiñó y sonrío. Mientras me alejaba, pensaba en que ojala me lo encontrase en el futuro lejos de ahí por supuesto, pero eso es parte de otra historia.

FIN

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